Pomponio Gaurico matizó con cierto atino en 1504 que “Puesto que el espacio es previo al objeto que lo ocupa, éste debe ser considerado previamente”. Con cierto pretérito ojo puesto en las arquitecturas italianas y flamencas de los siglos XV al XVIII que pintase otrora, José Manuel Ballester presenta gran parte de su trabajo realizado desde 1999, con especial atención a la creación de los últimos cinco años. Unas 50 fotografías, casi inéditas, y un audiovisual dan forma a un universo que se reconoce subjetivado en un ejercicio de abstraer la realidad tal y como versa su título, La abstracción en la realidad. El enfoque que el artista tiene de la arquitectura nos retrotrae al mismo ejercicio de introspección y retrospección que trasciende del objeto arquitectónico en sí. Por esto, las dos plantas del marco expositivo no pueden ser mejores para establecer la relación entre el espacio y el objeto que lo ocupa.
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Sala Principal Museo Arqueológico. 2010
Fotografia papel Kodak Profesional Endura. 132 x 300 cm. |
En unos difíciles tiempos de clasificar en los que somos capaces de pagar más caro el gramo de cocaína que el del oro; en unos tiempos en los que las imágenes están tan desgastadas que nos han llevado más a ver que a mirar; unos extraños tiempos de falta de ilusión y dirección en los que la vida nos reta por ser ella quien pase sobre y por nosotros en lugar de ser nosotros los que pasemos por ella con el ejercicio del libre albedrío..., es fundamental para poder entender la evolución y perfecto planteaminto de José Manuel Ballester al no retratar paisajes arquitectónicos, simplemente los presentarlos: Antes muerto que perder la vida.
En 1838, Paul Delaroche exclamó: “Desde hoy, la pintura ha muerto”. Los primeros experimentos de L.J.M Daguerre suponían un punto de inflexión en la concepción y captura de lo real y de lo que entendíamos como realidad. Pero si bien la fotografía trató de asesinar a la pintura por cuanto de revolución técnica suponía, la pintura resucitó cual Ave Fénix para convivir con su asesina. Asesina y asesinada se sentaban juntas en la misma mesa. La captura de la información que proviene de nuestros sentidos, cada vez era más sólo unos más, y múltiples a la vez. La experimentación aristotélica de forma y contenido imbricó ambas hasta el punto de que, en lo real, ninguna de ellas terminaba de alcanzar la propia realidad.
Las copias de las fotografías de esta instalación nos trasladan hacia la delgada línea de lo real, que por fin se mostraban igualmente duales: espacios a la espera de ser ocupados por objetos que todavía no están, han salido, o se nos permite a nosotros el introducirlos.
La dualidad inherente del ser humano queda perfectamente reflejada en el vacio y el espacio a ocupar; en la nada o espacios vacíos que son las puertas y ventanas y que dan existencia al cuerpo construido; en la luz que entra de la nada hacia el todo; en las líneas supra-marcadas de las líneas de nuestra imaginación.
Como ya hiciera Gerhard Richter, la fotografía ha superado a la pintura no por su aparentemente técnica habilidad, sino por su capacidad de seducir a la imaginación humana..., porque hace mucho que dejó de retratar sólo lo visible, para reflejar lo que se intuye, siente y percibe.
Mentiría si no les aconsejase fervientemente visitar la Galería Alcalá, 31 en Madrid, y antes del 20 del próximo noviembre.
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[1] Gaurico, Pomponio 1542. De sculptura. (Nuremberg, Johannes Petreius).
José Manuel Ballester: La Abstracción en la Realidad.
Sala Alcalá 31. Del 8 de septiembre al 20 de noviembre.
C/ Alcalá, 31. 28014 Madrid.
Teléfono: 91 720 82 51.De martes a sábados: De 11:00 h. a 20:30 h. Consultar Calendario para los domingos.

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