martes, 18 de octubre de 2011

No es fotoperiodismo es arte

La resistencia des de lo cultural


Avelino Salas presenta su trabajo en la Galería Raquel Ponce. Acuarelas, gouaches y libros están expuestos con la intención de traspasar la finalidad estética del arte para así comprometerse con el conflicto actual y marcar nuevas iconografías. BlockHouse. Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia, es la representación simbólica de la oposición a la situación económica, social y política (que estamos viviendo) desde el campo cultural; los libros se convierten en barricadas callejeras así remarcando la idea de que lo único que puede cambiar el mundo es la cultura y son precisamente los libros, aquello escrito, lo que crea un debate, un discurso y en definitiva una posible revolución. Salas nos da la oportunidad de poder protegernos del mundo con su obra, la cual recrea el espacio de resistencia que el mismo artista nos plantea, un lugar donde podamos refugiarnos de los males de la sociedad con la protección incondicional del campo intelectual; un lugar en el que nos podamos apoyar en los libros usándolos de base, de soporte y así coger la fuerza necesaria para enfrentarnos a todo aquello con lo que no estamos de acuerdo.

A lo largo de los años y de la historia universal se nos ha demostrado que lo escrito es lo que queda y lo que se recuerda. Así que las antiguas expresiones de los grandes escritores se mezclan con las formas esculturales de Avelino Salas, las cuales ganan significado mediante estos latinismos graffititeados en la pared. Sapere aude o audentes fortuna iuvat (“atrévete a saber” o “la fortuna sonríe a los audaces”) de Horacio y Virgilio correspondientemente, nos hacen referencia, otra vez, al valor de los libros y a la importancia de la cultura como medio de resistencia, de trinchera para poder refugiarnos de la corrupción y de muchos otros males.

La exposición se caracteriza por su atmosfera informal, desordenada y en definitiva callejera: las acuarelas no están dentro de grandes marcos, sino que directamente han sido colgadas con clavos en la pared, potenciando así el ambiente hostil y también negro del espacio y del momento. Salas utiliza este color para lacar los libros el cual identificamos directamente con la anarquía política. Pero también es el color del neumático, elemento representado con frecuencia en las pinturas acuosas del autor, ya que es uno de los nuevos símbolos presentes en las revueltas contemporáneas, como también lo son contenedores en llamas.

Las acuarelas captan un instante de las barricadas, de la revolución del neumático dice Salas, pero hace falta recordar que no son fotografías documentales; no es fotoperiodismo es arte, y consecuentemente su valor es distinto. Puede que así el autor pierda veracidad en cuanto al contexto histórico-político, pero da fuerza a su idea inicial de crear un refugio cultural des de lo artístico.

El conjunto escultórico tiene una identidad y una contextualización concreta: la situación que ha vivido el autor asturiano en su tierra, el conflicto laboral Naval Gijón. Aun así la exposición representa el rechazo a las fuerzas de poder de manera universal haciendo que la iconografía creada en cuanto al refugio de resistencia cultural, pueda representar todas las épocas y, también, todos los lugares, descontextualizando la obra y el tema, el cual en estos momentos afecta a todo el mundo.


Lena Solà Nogué

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