domingo, 23 de octubre de 2011

La cosa va de cambios...

Unos metros antes de acceder al Palacio de Cristal de Madrid, nos parece que vamos a entrar en una sala vacía, o mejor dicho, una sala en obras, donde algo esta en construcción o siendo desmontado.

Y en cierto modo es así.

Los eslóganes políticos, que inundan esta exposición, han sido construídos por determinados individuos o grupos, a lo largo de la Historia, con una intención determinada. Nos sorprende, cuando caemos en la cuenta que los mismos eslóganes han sido, y son usados por grupos muy distintos y en épocas diferentes. De esto también se ha enterado, la artista franco bosnia, Maja Bajevic, quien ha creado las obras que allí vemos, centrándose, principalmente, en cinco grandes momentos de la Historia a nivel internacional:

La Guerra Civil española, la Caída del Muro de Berlín, la Revolución del 68, y las tempranas Primavera Árabe y el Movimiento 15M.

Es interesante cómo la artista lo ha presentado al público, primero, a la hora de resucitar a esa “bella durmiente”, que es para ella el Palacio de Cristal, dormido desde hace años, al margen de los acontecimientos y de la historia… por otro lado, los eslóganes los encontramos a mano, podemos tocarlos, están en papel, pero también aparecen y siguen vivos cuando nos vamos y la sala se queda vacía, así en torno a las diez y media de la noche, mediantes “nubes de vapor” que como si de una experiencia onírica se tratara, surcan el espacio de la sala, como siendo gritadas por antiguos revolucionarios, hoy trasformados en fantasmas de la lucha por la libertad.

Cabe ahora destacar, la presencia de ese anti-monumento que se erigía en medio de la sala. Una especie de prisma de hormigón al cual se accedía por medio de los ya mencionados andamios que lo rodeaban y se evacuaba por medio de una rampa de escape, a modo de tobogán.

Todo esto se completaba con eslóganes que acompañaban tu camino y con un remate en la parte alta de la pieza, formado por varias pantallas, que emitían continuamente su film de 2010, “Wende”, cambio o giro, en castellano, donde se escenifican con actores, alguno de los movimientos sociales e históricos antes mencionados.

La idea de rodear la obra con andamios, además de ser interesante por la función, da que pensar ya que no se sabe a ciencia cierta, si la obra está en construcción o en proceso de desmontaje, lo cual constituye otro factor a favor del concepto sobre el que gira la exposición: El CAMBIO.

Porque es importante señalar los cambios que han acontecido durante los cien años que la artista resalta, porque esos cambios han cambiado países, estados, e incluso el futuro del mundo.

También ha cambiado incluso la idea inicial de Maja para esta muestra, a la que hubo de adaptarla a los últimos cambios que han acontecido en distintas zonas del planeta y que recordarán los libros de Historia venideros.

Podríamos destacar, por último, el paralelismo estético con otras obras como “Base mágica” (1961) de P. Manzoni, ambas planteadas como obras de arte inacabadas, a la espera de ser culminadas por alguien; como inacabado esta el camino de la lucha por la libertad y la igualdad social.

En cuanto a las performances que ha llevado a cabo la artista con motivo de la exposición al principio y al final de la misma, he de reconocer que soy partidario del hecho de que las exposiciones sean fieles con todos los espectadores que acuden a verla, desde el primer, al último día, a cualquier hora, pero en este caso y como la cosa va de cambios…

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