lunes, 31 de octubre de 2011

LA ABSTRACCIÓN EN LA REALIDAD

Jose Manuel Ballester; La abstracción en la realidad.
Sala Alcalá 31. Madrid

El artista José Manuel Ballester, galardonado con el Premio Nacional de Grabado en 1999, el Premio Goya de Pintura Villa de Madrid en 2006, el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid en 2008 y el Premio Nacional de Fotografía 2010 nos presenta una nueva exposición en la capital; La abstracción en la realidad, teniendo lugar concretamente en la sala Alcalá 31. La exposición contiene medio centenar de obras, las cuales forman parte de su trabajo en estos últimos cinco años.

Siendo algunas casi inéditas, muestran a priori la cualidad del autor para engañar a nuestra mirada y hacer que aparezca como real el grado de movilidad y dinamismo en lo que se muestra ante nuestros ojos como lo contrario. Para lograrlo recurre a la eliminación de cualquier pequeña percepción temporal que se nos pase por la cabeza aprovechándose de su especial capacidad para trabajar el ámbito espacio, haciendo lo mismo con este componente. La destreza presentada para captar el espacio queda patente ya de por sí en su obra pictórica, punto inicial desde el que comienza su trayectoria artística. Habiendo hecho simultánea la práctica de la fotografía con otras disciplinas, se da el desarrollo articulado de una interpretación muy personal de los lugares que se muestran en las fotografías. La abstracción en la realidad, donde se alternan diversos formatos y tamaños, la componen las numerosas fotografías de espacios vacíos, en los que la presencia humana sobra y está ausente.

De este modo se tiene la posibilidad de activar nuestra capacidad imaginativa para así narrar nuestra propia experiencia sirviéndonos de este grandioso y atrayente escenario. Lo que en las propias palabras del artista se define como: “elegir tu propia historia o aventura” como en los cuentos que se publicaban antaño. En este caso se han elegido, teniendo en cuenta la opinión y preferencia del autor, obras en las que se representan espacios vacíos como decíamos, entre las cuales encontramos también diversas vistas de museos y otras edificaciones en las que reaparecen de vez en cuando los tintes pictóricos iniciales. Siendo en este recorrido aspectos de continua a aparición tiempo, la luz y el espacio, las obras acuden a nosotros, calando por nuestra retina y reclamando a la vez a nuestros oídos, como una llamada de atención sobre la abstracción emergente de las silenciosas masas. No es de extrañar el reclamo en función del tema fotografiado pues, además de licenciarse en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, y pasar por la práctica pictórica le empezaría a llamar la atención especialmente la fotografía de arquitecturas. Quedando de relieve cuales son los protagonistas de esta exposición, tales como la ausencia y vacío me resulta cuanto menos de alabar el conseguir que los edificios y más si son modernos (rodeados de bullicio) adquieran estas cualidades que Ballester nos muestra en su trabajo, transmitiéndonos la tranquilidad y sosiego propios de un observador ante los muchos años vividos.

Por otro lado el impacto reside de nuevo en que estos edificios aparecen como lugares donde se deposita la presencia humana que no vemos directamente, pero sabemos que hubo, es lo que queda. Llegando inevitablemente al concepto del paso del tiempo como algo de lo que no podemos escapar, se establece mediante un bello procedimiento, la idea de que en estas formas arquitectónicas quedan retenidos tiempo y espacio conjuntamente.

Violeta Durán Bermúdez

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