lunes, 24 de octubre de 2011

UNA BELLA DURMIENTE SIN SENTIDO

­­­­­Una vez más, encontramos un engendro entre exposición y performance, que tiene algo de los dos, pero nada de ninguno, y que abarca una vez más el tema por excelencia del arte contemporáneo visto hasta la saciedad como es la crítica y protesta sociopolítio. Es por eso, que muchos artistas, escogen un punto de llamada de atención, o un aliciente para que el espectador se sienta atraído hacia su exposición, o en este caso, hacia su performance.

Pero sin duda el descaro de las llamadas de atención es a la que recurre la artista francobosnia, un tobogán gigante que podemos ver en la performance ´´continuará`` de Maja Bajevic, una exposición organizada por el Museo Reina Sofía que podemos ver en el palacio de Cristal del parque del retiro de Madrid.

Este tobogán gigante, es sobre todo, divertido, lleno de personas adultas y mayores que se tiran una y otra vez, dando la sensación de que están colaborando con la performance, y están ejerciendo su papel de ´´escultura`` como bien busca la artista. Todo el mundo se tira por el gran tobogán - incluida una servidora- como niños que solo tienen ojos para él, sin saber por qué está ahí, o qué sentido tiene, es solo una manera de hacer que la gente se introduzca en el palacio de cristal ingenuos pensando que sólo se trata de un objeto de entretenimiento, cuando la mayoría de la gente que está dentro, sólo está ahí por el dichoso tobogán gigante y por nada más, sin saber que se encuentran dentro de una performance y que están formando parte de ella.

Esto parece que la artista lo usa únicamente como llamada de atención a una performance expresada sin mucho sentido, y lo intenta explicar relacionando el enorme tobogán con la pobre Bella Durmiente con el montaje de su exposición, cuando cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, ya que sin esa llamada de atención, tal vez no sería tan visitada.

Ninguna relación tiene la bella durmiente y el mundo de las princesas con las protestas socio-políticas que plasman cuatro personas en los cristales. Pero el mayor de los sin sentidos de Maja en esta performance, es la idea de que esas personas escriban esas frases de protesta en cristales para luego limpiarlas y volverlas a escribir.

Cuando parece que todo acaba ahí, una cantante de ópera entra en el palacio de cristal y recita esas frases de protesta escritas en las cristaleras; y ya no sabes si estás en un sueño, en una pesadilla, o en una prueba de ´´tú si que vales``, y lo único que deseas, es que la performance ´´continuará``, haga caso omiso a su título y no vuelva a ocurrir nada parecido.

Lo mejor de la exposición y de la performance es el paseo por el retiro que haces para llegar allí y disfrutar del precioso palacio de cristal, que te encuentras en plenas ´´obras`` porque te lo encuentras lleno de polvo, con andamios y vacío; además de tirarte unas cuantas veces por el tobogán gigante, para intentar que esa tarde tenga algo de divertido.

Como conclusión, la artista francobosnia usa un tema saturado por los artistas contemporáneos, en una gran arquitectura que deja sucia y desaprovechada, y monta una performance, larga, pesada, y sobre todo sin ningún sentido, donde usa el significado de que te encuentras dentro de un sueño, haciéndote sentir como la bella durmiente, cuando nada tiene que ver con nada de eso.

Lo único que tiene a su favor Maja es que los visitantes pueden formar parte de su performance.

´´Maya Bajevic, Palacio de cristal, Parque del Retiro, Madrid``

SONIA IZQUIERDO

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