jueves, 20 de octubre de 2011

La política es efímera. Lo que dicen los políticos también

“Libertad, democracia y justicia”?

El Palacio del Cristal acoge a la artista Maja Bajevic para presentarnos su exposición “Continuará”, una puesta en escena que nos anhela mostrar la decepción y la traición de la política con una poética exquisita. La estructura metalizada y las planchas de cristal del palacio, posibilitan un espacio que rompe con las limitaciones del museo convencional para dar paso a un espacio diáfano y luminoso donde las nacientes nuevas formas de arte tienen lugar. Así que la obra de la bosnia Bajevic no se queda atrás, la cual acaba con lo tradicional para mostrarnos una exposición o mejor dicho una performance sensorial, donde se ve pero también se oye; se reproducen eslóganes políticos de los últimos cien años en la sala, la que ha sido escenario de varios acontecimientos históricos como lo fue la elección del presidente de la República española, Manuel Azaña. Podemos decir pues, que Maja utiliza las influencias y las connotaciones políticas que el Palacio lleva consigo para introducirlas y así representar aquello que sucede con las ideologías políticas, las cuales son efímeras y sufren cambios constantes.

Un grupo de obreros ensucia los ventanales de cristal para escribir estos eslóganes político-económicos de los que hablábamos, los mismos que más tarde volverán ha borrarlos para volver a escribirlos y así entrar en una acción repetida y circular. De esta manera Maja Bajevic, potencia la idea de que la verdad de las cosas es fugaz y que diez años ya son suficientes para cambiar una ideología y un ambiente social. Pero en el fondo, lo que hace la artista es tratar la mentira política con pura poesía.

Hallamos una pieza arquitectónica principal; un gran tobogán blanco rodeado por andamios, los cuales nos permiten subir hasta arriba para poder deslizarnos obra de arte abajo. Pero no podría ser esto también una huida lúdica e infantil del mundo? Un escape inocente hacia un futuro mejor? Son precisamente estos andamios los que nos transmiten cierta atemporalidad ya que no sabemos si éste tobogán se está construyendo o desmontando. Así Bajevic sigue dando fuerza a la primera idea que engloba la performance; la idea de que todo cambia, desaparece, para dar lugar a algo nuevo.

A través de diferentes videos bajo el título Wende, cambio de giro en alemán, “El monumento” o la plataforma que nos da acceso al gran tobogán, deja ver en su friso imágenes de la sociedad en masa comprometida políticamente durante el siglo pasado. Este gran pedestal en proceso de construcción o de destrucción no sustenta ninguna gran obra, ninguna gran escultura; ninguna personalidad ecuestre, sino que nos muestra imágenes de personas anónimas, que en definitiva son las que empiezan por promover el cambio. Seguramente lo que Maja quiere transmitirnos es que no hace falta ir a un museo a ver una gran obra, sino que la obra puede llegar a ser la misma sociedad, nosotros, ya que somos los que tenemos el poder para cambiar el mundo; es el hombre sin nombre ni apellidos el que tiene la potestad.

Esperemos que las reflexiones y la crítica a la situación mundial actual de Maja Bajevic en su performance lleguen a lejos, porque todos sabemos y conocemos, pero cuando alguien nos representa como pilar fundamental, nos da valor y fuerza para protestar tenemos que contestar. Seguramente no será suficiente, pero será un factor más y al final, la gota colmará el vaso.

Lena Solà Nogué

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