lunes, 31 de octubre de 2011

El tiempo entre las manos y el cerebro


Es como en el cielo cuando esperas una estrella fugaz; piensa en todas las estrellas que caen mientras que tú no las ves” (Alighiero Boetti).

La Exposición organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Tate Modern (Londres) y The Museum of Modern Art (Nueva York) presenta “Estrategia de juego”, una Antología de la obra del artista Alighiero Boetti compuesta por un centenar de obras desarrollada entre los años 60 y los 90. La variedad de trabajos de este artista polifacético, parecen indicarnos que estamos ante varios artistas, como si se tratara de una exposición colectiva, tanto por su variedad temática, como por la variedad de técnicas y productores de sus obras.

El italiano Alighiero Boetti (Turín 1940- Roma 1994) comenzó su carrera artística en el Arte Povera, del que acabó desvinculándose posteriormente. Su viaje a Afganistán a comienzos de los años 70, influyó de manera notable en su forma de concebir el arte, la propia producción artística, y el papel que debe desempeñar el artista en el mundo en el que le ha tocado vivir. Boetti viajó a Afganistán con la idea de encargar la realización de su conocido mapamundi, para lo cual contrató a unas quinientas artesanas afganas para el bordado de los Mappas. En un principio, pudiera parecer que, encargar a otros la realización manual de un trabajo pensado por el artista, sirviera para reproducir el esquema de la sociedad capitalista en la que se distingue el capitalista que contrata la mano de obra y tiene los medios para producir, y el obrero que, a un bajo coste reproduce la idea previamente pensada por otro. Pero Boetti no desprecia, ni devalúa el trabajo manual (por el hecho de encargárselo a otros), sino que está convencido de que tiene tanta importancia el trabajo manual como el trabajo intelectual. Boetti, modifica así la idea de manualidad y también la idea de la creatividad individual establecida como una regla previa a la producción de la obra. En este sentido, Boetti incluye en la creatividad, tanto el proyecto intelectual del artista, como a los productores manuales y a los futuros espectadores de la obra. Por tanto, Boetti se presenta como “un obrero cualificado del pensamiento” (Bourriaud, Nicilas. “Economía de la producción artística”, en Formas de vida. El arte moderno y la invención de sí, 1999, p. 121). El hecho de elaborar conceptualmente la obra, y de encargar su realización manual a otras personas, deja un espacio abierto a lo imprevisto, pues las artesanas eligen libremente los colores de los bordados. Así ocurre también con los tapices de letras de distintos colores, titulada Ordine e Disordine. Como señala la comisaria de la exposición Lynne Cooke, estos juegos de palabras constituyen la alianza perfecta entre juego y azar que tanto gustaba a Boetti. El conocimiento de las reglas del juego permite, según Boetti, establecer un orden en la realidad, el desconocimiento de las reglas nos sumerge en el caos y la confusión, por lo que el orden procede del conocimiento de las reglas.

La imprevisibilidad azarosa que desarrolló Boetti en sus obras, está estrechamente ligada a la condición temporal del ser humano. Condición que a juicio de Boetti, es fundamental, pues según sus palabras, “el tiempo es verdaderamente fundamental (…) todo tiene su propio tiempo” (Lynne Cooke, Alighiero Boeeti. Estrategia de juego, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía). Esta condición finita del ser humano, la expresa Boetti en muchas de sus obras, como se aprecia en L´albero delle ore. Esta obsesión por las fechas, por los relojes, en definitiva, por el tiempo, queda resumida en su Lámpara anual que, se encenderá una vez al año durante once segundos, expresando así la idea de que algo puede suceder y que probablemente nosotros no estemos allí dada nuestra condición finita. “El saber que existen innumerables eventos que suceden sin nuestra participación y conocimiento por una cuestión de pura imposibilidad de espacio y tiempo me ha llevado a hacer la Lámpa Anual como expresión teórico-práctica de uno de uno de los acontecimientos posibles, como expresión no del hecho en sí sino de la idea del acontecimiento” (Alighiero Boetti, Amman y otros, 1996). Acaso sólo nos quede jugar con el tiempo, como el juego de predecir nuestro destino, así jugó Boetti con el tiempo en su obra titulada 16 DICIEMBRE 2040- 11 LUGLIO 2023, en la que predecía el día de su muerte. Sólo es posible el juego de hacer previsible lo que por condición temporal es imprevisible, pues no sabemos cuándo se encenderá la Lámpa Anual, ni si podremos estar allí para comprobarlo, como tampoco sabemos cuándo se apagará la vida, dada nuestra condición finita y temporal.

Por último, la distribución de las obras de Boetti en las salas del Centro de Arte Reina Sofía, ¿Acaso forma parte también del juego? ¡El juego de encontrarlas!

Inmaculada García Rubio.

Alighiero Boetti, Estrategia de juego, (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid).

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