miércoles, 19 de octubre de 2011

PRIMERA PARTE

Maja Bajevic, Continuará.

Palacio de Cristal, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Nuria Gil Gala


Continuando con su trabajo a nivel internacional, la artista Maja Bajevic (Sarajevo, 1967) llega a Madrid por primera vez con una muestra individual. Una muestra que no sólo se disfruta desde dentro del Palacio de Cristal, sino también desde fuera, en horario de apertura y de cierre. Con la luz del astro rey atravesando los vidrios que la amparan, el espectador puede disfrutar de la instalación sonora, la performance, el archivo de eslóganes y el monumento. Pero una vez que sus puertas se cierran, las máquinas de vapor se despiertan con la llamada de la luna y acuden a proyectar los eslóganes sobre el vaho en movimiento. Eslóganes que se han convertido en una constante en la trayectoria de la artista. Destaca el caso de Women at Work, proyecto que catapultó definitivamente su carrera. El trabajo estaba compuesto por varias performance, y en una de ellas, Washing Up, los lemas del dictador Tito eran lavados hasta desaparecer. En esta ocasión los lemas que recoge son los eslóganes políticos y económicos de los últimos cien años para recapacitar sobre la construcción de la Historia y de la identidad y la idea de flujo y fluidez.
De la misma manera que se produce la Historia, en los polvorientos cristales del Palacio surgen voces reivindicativas que se visualizan al resto del mundo a través de mensajes escritos, se reciben por el pueblo, invitan a la reflexión y al cabo del tiempo se acaban cubriendo de polvo para comenzar de nuevo, aunque sus lecciones no se aprovechan en un incesante volver a empezar. A la vez, el proceso cíclico de la Historia queda plasmado en la versatilidad de todos los elementos que conforman la muestra. Los mensajes cambian, las voces varían y se extinguen, las máquinas de vapor cumplen su función regenerativa y el trasiego de gente transforma el espacio.
Hasta aquí, todo correcto. Pero cuando trato de comprender a dónde quiere llegar Maja Bajevic, el camino se vuelve nebuloso. Su trabajo dice analizar la relación entre la violencia, el poder y la construcción identitaria. En mi opinión, no tiene mayor alcance que el de explicar, de un modo sencillo, la praxis de la ciencia la historia. En una conversación de la artista grabada por el Museo Centro de Arte Reina Sofía, explica: “la exposición está basada en una investigación sobre los eslóganes políticos y económicos de los últimos cien años que se presentan como la única verdad posible. Pero cuando tienes muchos juntos y abarcan todo un siglo, te das cuenta de que la verdad cambia mucho de una década a otra, e incluso más deprisa”. En primer lugar, no creo posible abarcar la “realidad” de todo un siglo si desde el comienzo la base de la exposición reduce el campo de estudio a los eslóganes. Efectivamente, debe existir un criterio con el que poder abarcar y plasmar semejante espacio de tiempo, pero el método escogido veta por completo la pluralidad y riqueza de los acontecimientos.

Como un niño que lanza la piedra y esconde la mano, la artista no termina de incidir de manera crítica sobre un tema tan complejo como el que ha escogido. Quizá simplemente esperaba algo más de una artista comprometida y con un enfoque crítico. Tal vez, como decía el escritor George Bernard Shaw “la verdad nunca es publicable”, al menos completamente, o simplemente esté tratando de desempeñar de manera un poco simplista el deber del ser humano de reescribir la Historia. Esperemos que cumpla con el ofrecimiento del título y continúe próximamente de manera más contundente en una segunda parte.

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