lunes, 31 de octubre de 2011

igual no es tan maja

IGUAL NO ES TAN MAJA

Maja Bajevic (Sarajevo, 1967) realiza un trabajo performativo en muchos sentidos, abarca desde el vídeo, la instalación, la performance y el sonido hasta el texto, la obra manual, el dispositivo mecánico y la fotografía.

En el Palacio de Cristal del Retiro la artista crea una instalación titulada “Continuará”. En el centro del edificio encontramos una especie de pedestal-búnker sobre el que no se sitúa ningún monumento. El pedestal se encuentra rodeado de andamios, dando aspecto de estar en proceso, de montaje o de desmantelamiento. El visitante puede subirse al pedestal, convirtiéndose en ese monumento, quizás con la idea de que el individuo de a pie es quien tiene que ser el protagonista de los cambios sociales, pero en algún momento hay que bajarse del pedestal. Uno se puede bajar del pedestal lanzándose como un niño por un tobogán, recuperando esa ilusión infantil, esa excitación o emoción ante un momento esperado, extrapolable si se quiere, a la emoción de una revuelta social, pero una vez abajo, mirado desde la distancia, no fue para tanto. Cuando subimos al pedestal por los andamios podemos ver cinco pantallas, en cada una se proyecta un video en el que se representan cinco momentos relevantes de la lucha de clases en el pasado siglo, tales como Mayo del 68 o el muro de Berlín.

Por otro lado encontramos otros andamios junto a los muros del palacio, en los que unos operarios echaron polvo sobre el vidrio para posteriormente poder escribir eslóganes de estos acontecimientos de lucha social. También se pueden leer estos eslóganes archivados y con una contextualización situados en el interior de una caja en medio del edificio. Incluso se pueden ver por la noche cuando el edificio está cerrado, proyectando los eslóganes en un vapor generado por una máquina.

A la artista le interesó este edificio por considerarlo ajeno al devenir de estos hechos históricos, y con su instalación implicarlo por fin en este tipo de acontecimientos.

La obra de Bajevic se encuentra en un lugar y momento concreto y adecuado, en un momento de lucha social resucitado, el llamado 15-M y y la crisis económica actual con lo que esto implica, el recorte del estado de bienestar.

Ofrece una visión pesimista de las revoluciones o intentos de cambio social a lo largo de la historia y en concreto en los últimos 100 años. Transmite la repetición inútil de estos acontecimientos de la lucha de clases, al repetir los eslóganes revolucionarios por megafonía que terminan perdiéndose y resultando casi inaudibles o al escribirse esos eslóganes en los muros vítreos del edificio y posteriormente borrarse y así sucesivamente. Parece que esta lucha social se convierte en una constante a lo largo del último siglo, como también es una constante lo improductivo de estos hechos. Y parece que la artista nos dice que esto Continuará. Desde luego una visión pesimista, que casi quita las ganas de indignarse, dando paso a un resignarse…

Quizás esta visión negativa de la obra de Bajevic se refuerza si pensamos que la politización del arte es algo muy relativo; teniendo en cuenta que el mundo del Arte sigue siendo un ámbito para privilegiados sociales, así resulta sencillo caer en discursos que pueden parecer vacíos e incluso frívolos.

Eduardo Serantes Regueira

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