La exposición se compone de tres piezas principales, y una serie de eslóganes repartidos entre los cristales. Además en un cajoncito en el que encontramos unos panfletos plastificados, que bien podrían servir como documentación para un libro o un artículo pero que para una exposición resultan demasiado pesados.
La exposición pretende ser una conmemoración a los cambios producidos en los últimos 100 años. Los cambios sociales, políticos y económicos, entre ellos la caída del muro de Berlín; todo ello es algo que resulta ser demasiado mensaje para tan poca obra o centrándonos en refranes populares y eslóganes varios, demasiado arroz para tan poco pollo.
La obra principal es una construcción con cinco videos, que se sitúa en el centro del palacio de cristal, titulados bajo la palabra alemana Wende , que significa giro. En los videos podemos ver gente que camina como una gran masa, y que llegado un punto alguien rompe esa masa, que da vueltas sin saber adónde ir, y es entonces cuando se produce el cambio, el giro social e histórico. Dicha construcción que está rodeada de andamios y que no se sabe si se está construyendo o deconstruyendo, algo que últimamente se oye demasiado y aplicado a todos los temas, incluso a las lentejas.
Dicha obra invita a la acción del espectador, que tiene que subir por las rampas, y que cuando llega arriba se encuentra con un tobogán, algo que está en relación con las performances. La gente se encuentre cohibida, sin saber que hace eso allí, hasta que alguien llega y se tira por el tobogán, es entonces cuando la masa de gente circundante se atreve a dar el paso. Pero la situación de cohibición, no solo tiene que ver con la mirada de los visitantes, sino más bien con la mirada de la autoridad allí presente. Como las acciones de la masa que siguen caminando como ovejas, por miedo a la represión de la autoridad, hasta que se aumenta el número de sublevados y se sienten capaces de hacer frente a la autoridad, y eso es lo que permite el cambio.
La segunda obra es un andamio con un curioso cesto lleno de eslóganes, algo que quizá encontramos a la salida situado en una obra; y en este punto, ¿qué pasa? , que volvemos a la figura del artista como genio creador, que por arte de magia toca con su dedo y convierte lo cotidiano en obra de arte.
Voy a terminar hablando del proyector “turno de noche 10:30”, que como el cartel indica nos vuelve a proyectar los eslóganes que están escritos en los cristales, a las 10 y media. En nubes de vapor, eso ponía en el folleto que te daban de la exposición, pobre de aquel iluso que se esperase otra cosa que unas leves letras que se veían a través de los cristales, en luces azules. Esta pieza pretende hacer una relación a los turnos de las fábricas industriales.
En definitiva la exposición es una evocación al cambio, queriendo reflejar todos los cambios sucedidos en los últimos tiempos sobre todo la caída del muro de Berlín, pero lo hace de una forma demasiado desgastada y con eslóganes sobre oídos.
Maja bajovich ha participado en gran cantidad de exposiciones como la Bienal de Venecia en el pabellón de Bosnia Herzagovina, en la Bienal de Valencia; y en la Bienal de Estambul (2001), y Manifiesta ·, Ljubljana, Eslovenia.
Y ha realizado obras como Double Bubble, 2001; Emanuel Licha: Green, Green Grass of Home, 2002; Mujeres en el trabajo - lavar los platos, 2003; y la Mina 2006.
GEMA ACEBES REPECHO
MAJA BAJEVIC. Continuará. Expuesta en el Palacio de Cristal del Retiro. Organizado por el Museo Reina Sofía
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