sábado, 29 de octubre de 2011

Mira, pero no toques: Juegos vestidos de Domingo.


Artista: Alighiero Boetti.
Exposición: Estrategia de juego.
Lugar: MNCARS, 3ª Planta.
Fecha: Del 5 de Octubre de 2011 al 5 de Febrero de 2012.



Si sufre usted un trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo, ¡Corra y no mire atrás! Esta advertencia le habrá salvado de la experiencia más traumática de su vida. Si por el contrario es usted un visitante común, de esos que le dedican una mirada atenta y reflexiva tanto a las obras como a la vigilante que a modo de performance dormita bajo un extintor de incendios, se encontrará gratamente sorprendido ante esta colección de piezas que desarrollan una retrospectiva del hace tiempo difunto (y por tanto ya consagrado) Alighiero Boetti (1940-1996). Desde relojes capaces de marcar tres veces al día las seis en punto, hasta sopas de letras ególatras y desesperantes por esa mínima diferencia que escusa su reproducción masiva a lo largo de salas y salas de exposición, Boetti juega con la percepción del espectador y con el propio juego como medio a través del cuál dar significado a su producción. Esta idea se impone ya desde el mismo título de la muestra, añadiendo esa noción de estrategia que desbarata toda preconcebida aprehensión de la obra, obligándonos a fruncir el ceño ante grandes lienzos de apelotonados motivos, ya sean aviones (Aerei 1989) o un conglomerado de siluetas animales bordadas en colores estridentes (Tutti 1989-93). Se nos invita a encontrar la clave que hace de aglutinante entre estas piezas de técnicas y materiales tan diversos que traducen la racionalidad de los conceptos del artista a los modos ingeniosos de un niño sin demasiada vida social.

En la revalorización del trabajo de Boetti tienen mucho que ver estas series tardías de tejidos que trasladan a un tapiz ciertos leimotiv recurrentes como son las letras, convirtiendo la sopa en un auténtico puchero, o los Mappas (1971-91), a los que se concede una importancia central por reflejar la experiencia viajera del artista y la evolución de los mapas políticos en esas décadas finales del siglo XX. No obstante, el hecho de introducir el azar liberándose del trabajo manual para delegar en bordadoras afganas, constituye menos una crítica hacia esa noción de saber objetivo y de realidad construida, que una reafirmación del poder de la presencia explotadora de Occidente en Oriente encabezada por grandes artistas de producción contemporánea como Nike o Pull&Bear. Sin embargo, son las piezas paradigmáticas de su producción una vez desligado del movimiento povera, y su recopilación para esta antología se aprovechará girando también por el MoMA y la Tate Modern de Londres.

Un vistazo más amplio a la exposición demostrará que la crítica política no es algo que prime entre sus intereses, sino más bien una crítica filosófica hacia el ámbito de la racionalidad. A través de sus bromas lingüísticas nos dice que tan importante es conocer la norma como trascenderla, y las piezas de menor calado como puede ser ese conjunto de hojas cuadriculadas cuyo damero se ha repasado con un bolígrafo, son tan expresivas como simples. Si usted es de esos que suele decir: “Eso lo hace cualquiera” o se lo calla por vergüenza para luego descargarlo frustradamente frente a un espejo, está de enhorabuena. En Boetti ese concepto está presente y es una invitación a que, efectivamente, cualquiera lo haga. Vuelva usted a su estado infantil y escriba a dos manos, calque el negativo de una moneda sobre papel y experimente. Si así rompe los cánones de la serialización que hoy día prima en todos los aspectos de nuestras vidas, habrá conseguido más que los obcecados escritores del tríptico que se le entrega a la entrada de la exposición. Venga por la acerada discusión de los geógrafos ante qué representación es la correcta, el mapa de Mercator o el de Robinson, quédese sonriendo a la espera de que 999,999 alcance 1,000,000.


Marcos Arranz Melero.

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