lunes, 31 de octubre de 2011

TODO SON JUEGOS HASTA QUE ALGUIEN SE SACA UN OJO

Alighiero Boetti. Estrategia de Juego.
MNCARS
Por Ana Isabel Cortés Lillo


Entro en una sala; salgo; entro en otra; espera, no, esta ya la he visto; un momento, ¿dónde está la obra esta que aparece en el folleto? ¿Por ahí no se iba al servicio? Anda mira, otra sala… Laberíntica es la exposición retrospectiva que se ha dedicado a Alighiero Boetti en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, titulada Estrategia de juego, donde se han conseguido reunir 150 obras de Boetti en una coproducción con la Tate Modern, de Londres, y el MoMA, de Nueva York, museos donde se expondrá posteriormente. En dicha exposición hay diversos temas que pespuntean la poética sarcástica del artista turinés: el tiempo, el bien y el mal, la vida y la muerte. El juego es también uno de ellos, tema reforzado por esta distribución de salas que despista al espectador. En su obra vemos todo tipo de juegos: de ajedrez, de damas, criptologías elementales, rompecabezas…así como juegos de base lingüística. A partir de los juegos el artista reflexiona sobre el desorden y el orden, pudiendo apreciarse este último si uno conoce las reglas del juego, algo que evidentemente, yo no conocía, ya que anduve desconcertada por las salas folleto en mano, para intentar “apreciar mejor” la obra. Resultado final: más de una hora de ir y venir.


Pero, ¿qué sería el juego sin el azar? Este es otro de los ases en la baraja de Boetti. Azar y juego se alían en la obra del artista turinés y desarrolla un papel clave en sus archiconocidos mapas. En ellos se unen numerosos elementos de la obra de Boetti. Ellos son un compendio de los temas que atraviesan toda la obra de este artista, como el tiempo, la historia, el azar, el orden y el desorden. Asimismo, las obras son una reflexión sobre el trabajo, el trabajo colaborativo y la ociosidad. Pero al observar estas obras, y entender la metáfora sobre el paso del tiempo y el registro geográfico de los acontecimientos históricos, y con ayuda del folleto, ver las connotaciones del rechazo al trabajo por parte del artista, el recuerdo que me han dejado estos mapas bordados y gran parte de la obra que vi en la exposición, son, en lugar de una reflexión sobre los cambios geopolíticos, son recuerdos de otros hechos ajenos totalmente, como por ejemplo la alfombra que compró mi abuela cuando fue a Marruecos y que ha colgado en el salón o los materiales de obra de mi padre.


En puridad, esta retrospectiva resulta un tanto confusa y no apta para todos los públicos. Recomiendo recorrerla folleto en mano (y a ser posible con brújala también) para poder abarcar un gran número de salas en las que se nos muestra la obra un poco indefinible de este artista, que en sus comienzos que nos ofrece creaciones povera, hasta otras obras más vinculadas al arte conceptual. Sin embarho la distribución no ayuda a construir una línea en la que se nos muestre claramente una evolución del artista de manera cronológica, por lo que esto contribuye a desconcertar al visitante. Un juego más, en el que más de uno ha decidido darse por vencido y dejar de jugar, llevándose consigo tan sólo una reflexión acerca de la ociosidad y el tiempo perdido.


Si bien, destacar que más de uno de los temas tratados en la obra de Alighiero Boetti, como el tiempo, el azar, las contraposiciones o la idea de la muerte del autor, la desaparición de la autoría y el trabajo como una suerte de ocio, coordinan con la que en noviembre será la tercera fase de la ordenación de la colección permanente del Museo Reina Sofía, que va de 1962 a 1982, años en los que los artista abordarán temas que aparecen en las obras que hoy en día se exponen de Boetti en las salas del muse

POLÍTICAMENTE CORRECTA


“Continuará”
Artista: Maja Bajevic
Lugar: Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid
Fechas: 27 mayo 2011 – 3 octubre 2011

por Ana Alonso Castellano

Arte y política se funden una vez más en la instalación de la artista bosnia Maja Bajevic (Sarajevo, 1967) expuesta en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid.

Bajevic recoge cien eslóganes políticos y económicos de los últimos cien años y nos los hace llegar de diferentes maneras, demostrando por un lado las contradicciones entre estas frases que se nos presentan como verdades absolutas y por otro que la historia siempre se repite. Los eslóganes pueden leerse en fichas en cualquier momento, sobre nubes de vapor por la noche mientras el Palacio está cerrado o en las ventanas del edificio durante las performances en las que también participan cantantes de ópera que entonan estas frases desde lo alto de un “monumento” que constituye la pieza central de la instalación. Este “monumento” polivalente está concebido simultáneamente como un pedestal, un tobogán y soporte para las pantallas de video en las que se reproduce la serie que la artista ha titulado Wende (viraje, giro) que muestran escenas de manifestaciones a lo largo de estos cien años.

Con todo ello la artista bosnia ofrece una reflexión política y sobre todo histórica. Nos plantea la inevitable caducidad de las ideas presentes y la rapidez con la que se suceden los cambios. Para hacernos del todo conscientes de ello el visitante está invitado, que no obligado, a deslizarse por el tobogán del “monumento”. Uno mismo decide si quiere participar del cambio o quedarse fuera mirando; mirar desde fuera a través del cristal o mirar desde dentro… El planteamiento es sin duda poético.

Por otro lado, la obra de Maja Bajevic hace alusión continua a lo efímero. El “monumento” está rodeado por un andamio que además de funcionar como escalera para ascender a la cima del tobogán intensifica la sensación de cambio. Algo se está creando o se está destruyendo, no lo sabemos, pero sin duda algo está cambiando. Lo mismo ocurre con el andamio móvil desde el que se pintan los eslóganes en las ventanas durante las performances. Incluso estas mismas pintadas, que se hacen ensuciando el cristal y después escribiendo los mensajes sobre la suciedad que quedan emborronados hasta la siguiente performance tienen ese aire de fugacidad. Todos estos rasgos evocan los movimientos revolucionarios, también teñidos de la emoción del cambio y de la amenaza de lo efímero.

En algunas declaraciones Maja Bajevic afirma que cuando vio el Palacio de Cristal del Retiro por primera vez le llamó la atención su carácter impasible, como si los hechos históricos le hubieran sido siempre ajenos, y esto le incitó a ser ella quien los introdujera; quien trasladara la historia al Palacio atemporal. Sin embargo, la idoneidad de este edificio para albergar la obra de Bajevic va mucho más allá. Gracias a la transparencia del envoltorio la obra se interrelaciona con el entorno. Sería un crimen que una obra que busca acercarse a la realidad social de nuestro tiempo estuviera encerrada en un cubo blanco aséptico y ajeno al mundo que pretende reflejar y al que aspira a atraer.

El valor de esta obra reside precisamente en lo poco que tiene en apariencia de artística, o de lo que tradicionalmente se entiende como arte. Es una obra al servicio del pensamiento, de la reflexión, de la sociedad, del mundo actual. Una invitación a la autocrítica, siempre constructiva y necesaria pero tan a menudo olvidada. Y es que lo verdaderamente poderoso del arte, de algo tan indefinible y ambiguo como el arte, es que no conoce fronteras ni de fondo ni de forma.

LA ABSTRACCIÓN EN LA REALIDAD

Jose Manuel Ballester; La abstracción en la realidad.
Sala Alcalá 31. Madrid

El artista José Manuel Ballester, galardonado con el Premio Nacional de Grabado en 1999, el Premio Goya de Pintura Villa de Madrid en 2006, el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid en 2008 y el Premio Nacional de Fotografía 2010 nos presenta una nueva exposición en la capital; La abstracción en la realidad, teniendo lugar concretamente en la sala Alcalá 31. La exposición contiene medio centenar de obras, las cuales forman parte de su trabajo en estos últimos cinco años.

Siendo algunas casi inéditas, muestran a priori la cualidad del autor para engañar a nuestra mirada y hacer que aparezca como real el grado de movilidad y dinamismo en lo que se muestra ante nuestros ojos como lo contrario. Para lograrlo recurre a la eliminación de cualquier pequeña percepción temporal que se nos pase por la cabeza aprovechándose de su especial capacidad para trabajar el ámbito espacio, haciendo lo mismo con este componente. La destreza presentada para captar el espacio queda patente ya de por sí en su obra pictórica, punto inicial desde el que comienza su trayectoria artística. Habiendo hecho simultánea la práctica de la fotografía con otras disciplinas, se da el desarrollo articulado de una interpretación muy personal de los lugares que se muestran en las fotografías. La abstracción en la realidad, donde se alternan diversos formatos y tamaños, la componen las numerosas fotografías de espacios vacíos, en los que la presencia humana sobra y está ausente.

De este modo se tiene la posibilidad de activar nuestra capacidad imaginativa para así narrar nuestra propia experiencia sirviéndonos de este grandioso y atrayente escenario. Lo que en las propias palabras del artista se define como: “elegir tu propia historia o aventura” como en los cuentos que se publicaban antaño. En este caso se han elegido, teniendo en cuenta la opinión y preferencia del autor, obras en las que se representan espacios vacíos como decíamos, entre las cuales encontramos también diversas vistas de museos y otras edificaciones en las que reaparecen de vez en cuando los tintes pictóricos iniciales. Siendo en este recorrido aspectos de continua a aparición tiempo, la luz y el espacio, las obras acuden a nosotros, calando por nuestra retina y reclamando a la vez a nuestros oídos, como una llamada de atención sobre la abstracción emergente de las silenciosas masas. No es de extrañar el reclamo en función del tema fotografiado pues, además de licenciarse en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, y pasar por la práctica pictórica le empezaría a llamar la atención especialmente la fotografía de arquitecturas. Quedando de relieve cuales son los protagonistas de esta exposición, tales como la ausencia y vacío me resulta cuanto menos de alabar el conseguir que los edificios y más si son modernos (rodeados de bullicio) adquieran estas cualidades que Ballester nos muestra en su trabajo, transmitiéndonos la tranquilidad y sosiego propios de un observador ante los muchos años vividos.

Por otro lado el impacto reside de nuevo en que estos edificios aparecen como lugares donde se deposita la presencia humana que no vemos directamente, pero sabemos que hubo, es lo que queda. Llegando inevitablemente al concepto del paso del tiempo como algo de lo que no podemos escapar, se establece mediante un bello procedimiento, la idea de que en estas formas arquitectónicas quedan retenidos tiempo y espacio conjuntamente.

Violeta Durán Bermúdez
ARTE Y CONFUSIÓN
El Museo Reina Sofía de Madrid organiza junto con el Museo Moma de Nueva York y la Tate Gallery de Londres, una exposición donde vemos la obra del artista Alighiero Boetti. El título de la exposición, Estrategia de Juego, nos acerca al tema principal que desarrolla la exposición. Según nos adentramos en las salas del museo, vemos que el entorno es un tanto confuso, dónde cada sala tiene un tema en común, pero si intentamos tener una relación entre todas nos es difícil, ya que no hay relación alguna. El artista intenta mediante esta exposición hacer reflexionar al espectador, mediante aspectos filosóficos y poéticos.
Aunque la intención del artista es hacer reflexionar a quien visita esta exposición, el mensaje se muestra bastante confuso al principio, porque vemos que cada sala posee un tema diferente, queriendo tratar diferentes temas en la misma exposición. Podemos atisbar temas como vida-muerte, infinito, política-individuo. La primera sensación que nos recorre el cuerpo es de confusión total, porque intentamos establecer una relación entre los diferentes objetos, pero que inútilmente no conseguimos. Pero para poder abordar la exposición, tenemos que tener en cuenta que es preciso anteriormente conocer algo sobre el autor y su obra, si no queremos vernos perdidos en un mundo lleno de abstracción. Una vez adquirida esta información, observamos que las obras no están carentes de sentido, pero que aún así, siguen resultando confusas.
Una manera de aproximarnos a la obra del artista es mediante los folletos que el propio museo nos proporciona. En ellos se define una parte de la exposición como Universo Boetti, donde se dan dicotomías de conceptos estableciendo cierta relación: vida-muerte,principio-infinito,sensorial-intelectual. Las obras que se exponen se realizan con diversos materiales, al igual que vemos diferentes soportes, empezando desde la pintura, pasando por el dibujo, leyendo incluso cartas que él recibía de otros artistas e incluso utilizando piedras para formar una figura humana que no significa otra cosa que la muerte. La intencionalidad de nuevo del artista es hacernos cómplices del juego que propone, buscando en nosotros esa confusión que nos invade desde un principio.
Recorriendo toda la exposición, vemos obras que destacan por su importancia, como los mapas mundi. Son mapas realizados por manos de mujeres afganas, donde Boetti da las trazas necesarias para que se configuren, pero que sin embargo contienen juegos de azar, clave en la obra del artista. Son mapas que destacan por sus colores y que él los describe como obras perfectas, donde las mujeres configuran esa obra debido al concepto que ellas tenían del mundo. Estas realizaciones contienen una carga ideológica y no son descripciones literales ni neutrales, sino que intenta que el individuo que lo observa genere una opinión propia. Al estar además realizado por manos que no son las del artista, vemos como su mente se ha conceptualizado por completo. Boetti no intentaba que todas sus obras partiesen de sus manos, sino que dejaba un margen creativo a quienes colaboraban con él, proponiendo un nuevo significado a la obra. Además, el artista intenta que el espectador genere un orden en la exposición, partiendo del desorden que causa la exposición en un principio, y que es totalmente intencionado. Si seguimos atravesando las diferentes salas del museo, vemos como cosas tan simples como números, fechas, juegos de ajedrez y demás obras intentan aunar un solo concepto en cada una de ellas.
Alighiero Boetti intenta con esta exposición crear una retrospectiva de diferentes temas, pero que resulta difícil si el espectador anteriormente no tiene información alguna sobre el autor y la obra. El objetivo principal es que el espectador cree juegos malabares de su mente a través de sus creaciones, y se decida por una de ellas. Además de esto, explicar la obra tanto en su contento como fuera de él resulta igualmente difícil, llevándonos a la confusión.
Rosa Mª Recio Salvadores

El tiempo entre las manos y el cerebro


Es como en el cielo cuando esperas una estrella fugaz; piensa en todas las estrellas que caen mientras que tú no las ves” (Alighiero Boetti).

La Exposición organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Tate Modern (Londres) y The Museum of Modern Art (Nueva York) presenta “Estrategia de juego”, una Antología de la obra del artista Alighiero Boetti compuesta por un centenar de obras desarrollada entre los años 60 y los 90. La variedad de trabajos de este artista polifacético, parecen indicarnos que estamos ante varios artistas, como si se tratara de una exposición colectiva, tanto por su variedad temática, como por la variedad de técnicas y productores de sus obras.

El italiano Alighiero Boetti (Turín 1940- Roma 1994) comenzó su carrera artística en el Arte Povera, del que acabó desvinculándose posteriormente. Su viaje a Afganistán a comienzos de los años 70, influyó de manera notable en su forma de concebir el arte, la propia producción artística, y el papel que debe desempeñar el artista en el mundo en el que le ha tocado vivir. Boetti viajó a Afganistán con la idea de encargar la realización de su conocido mapamundi, para lo cual contrató a unas quinientas artesanas afganas para el bordado de los Mappas. En un principio, pudiera parecer que, encargar a otros la realización manual de un trabajo pensado por el artista, sirviera para reproducir el esquema de la sociedad capitalista en la que se distingue el capitalista que contrata la mano de obra y tiene los medios para producir, y el obrero que, a un bajo coste reproduce la idea previamente pensada por otro. Pero Boetti no desprecia, ni devalúa el trabajo manual (por el hecho de encargárselo a otros), sino que está convencido de que tiene tanta importancia el trabajo manual como el trabajo intelectual. Boetti, modifica así la idea de manualidad y también la idea de la creatividad individual establecida como una regla previa a la producción de la obra. En este sentido, Boetti incluye en la creatividad, tanto el proyecto intelectual del artista, como a los productores manuales y a los futuros espectadores de la obra. Por tanto, Boetti se presenta como “un obrero cualificado del pensamiento” (Bourriaud, Nicilas. “Economía de la producción artística”, en Formas de vida. El arte moderno y la invención de sí, 1999, p. 121). El hecho de elaborar conceptualmente la obra, y de encargar su realización manual a otras personas, deja un espacio abierto a lo imprevisto, pues las artesanas eligen libremente los colores de los bordados. Así ocurre también con los tapices de letras de distintos colores, titulada Ordine e Disordine. Como señala la comisaria de la exposición Lynne Cooke, estos juegos de palabras constituyen la alianza perfecta entre juego y azar que tanto gustaba a Boetti. El conocimiento de las reglas del juego permite, según Boetti, establecer un orden en la realidad, el desconocimiento de las reglas nos sumerge en el caos y la confusión, por lo que el orden procede del conocimiento de las reglas.

La imprevisibilidad azarosa que desarrolló Boetti en sus obras, está estrechamente ligada a la condición temporal del ser humano. Condición que a juicio de Boetti, es fundamental, pues según sus palabras, “el tiempo es verdaderamente fundamental (…) todo tiene su propio tiempo” (Lynne Cooke, Alighiero Boeeti. Estrategia de juego, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía). Esta condición finita del ser humano, la expresa Boetti en muchas de sus obras, como se aprecia en L´albero delle ore. Esta obsesión por las fechas, por los relojes, en definitiva, por el tiempo, queda resumida en su Lámpara anual que, se encenderá una vez al año durante once segundos, expresando así la idea de que algo puede suceder y que probablemente nosotros no estemos allí dada nuestra condición finita. “El saber que existen innumerables eventos que suceden sin nuestra participación y conocimiento por una cuestión de pura imposibilidad de espacio y tiempo me ha llevado a hacer la Lámpa Anual como expresión teórico-práctica de uno de uno de los acontecimientos posibles, como expresión no del hecho en sí sino de la idea del acontecimiento” (Alighiero Boetti, Amman y otros, 1996). Acaso sólo nos quede jugar con el tiempo, como el juego de predecir nuestro destino, así jugó Boetti con el tiempo en su obra titulada 16 DICIEMBRE 2040- 11 LUGLIO 2023, en la que predecía el día de su muerte. Sólo es posible el juego de hacer previsible lo que por condición temporal es imprevisible, pues no sabemos cuándo se encenderá la Lámpa Anual, ni si podremos estar allí para comprobarlo, como tampoco sabemos cuándo se apagará la vida, dada nuestra condición finita y temporal.

Por último, la distribución de las obras de Boetti en las salas del Centro de Arte Reina Sofía, ¿Acaso forma parte también del juego? ¡El juego de encontrarlas!

Inmaculada García Rubio.

Alighiero Boetti, Estrategia de juego, (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid).

EL DISPARATE DEL CAOS

Con una cita de Enrique Bunbury, apasionante desde mi ojo atento, de su oda “En los brazos de la fiebre”, me gustaría expresar la idiosincrasia de la exposición de Alighiero Boetti (1940-1994). La cita en cuestión vendría a ser “El disparate del caos, me derrotó con palabras de alabanza”, un caos algo disparatado que inunda quince salas del MNCARS, y que nos embriaga de alguna manera en sus palabras con/sin sentido alguno. El sin sentido, el carácter azaroso, los múltiples hilos que abrasan la vista por su intenso tornasol; una espiral zigzagueante hacia un todo/nada infinito, que pueden hacer y hacen incomprensible el carácter del polifacético autor.

Boetti defiende bien su postura de hombre-idea que cree en la resolución como idea principal de la carne de su proyecto, quitando hierro a todo el proceso de elaboración en sus propias manos; vendría a decir que sí son importantes las manos creadoras de sus esbozos mentales, pero aún más el concepto punto de partida desde el que se trabaja. Ciertamente, la idea es el primer paso fundamental a la hora de crear algo, pero tan importante como este origen nivel uno, lo son el resto de grados en descendente (la manipulación de esa idea y materializarla). Esta es la causa por la cual fundamentalmente desde mi humilde punto de vista este autor, o ésta exposición de “su ideario” no cala en nuestras vísceras.

Otro punto flaco de esta muestra de autor rebelde y poco convencional, sería la distribución de sus obras un tanto (y volviendo a la cita “Bunburiana”) anárquica, hay y no hay relación, cien obras que hacen retrospectiva de una idea lineal, de un ente sólido en sus principios técnica-arte, que enciende una vela más en todo lo que viene siendo el arte contemporáneo. Y aquí está la cuestión, el arte contemporáneo, el dilema universal, es tan sumamente libre, sin reglas y que rompe tan brutalmente con todo lo anterior (como rompieron las vanguardias con el academicismo), que es un lenguaje muchas veces camuflado e ignorado, inclusive a ojos y manos y a todas las extremidades de los entendidos en la vorágine contemporánea.

Aprecio mucho, o demasiado quizá la expresión “azar”, y por ello puede “salvarse” la cadena de montaje expuesta; “azar” en lo referente a la técnica del empleado y su qué hacer (que no es azarosa su elección: sexo femenino- masculino, en los “labori biro”, boli papel, papel boli, mujer y hombre, hombre y mujer). Planisferios a todo color, aviones sin rumbo, letras por doquier, bolígrafo, hilo, tela, madera, luz, mariposa, números, horas, fechas, ¿obsesión por el tiempo?¿por el sin sentido del alfabeto? Que del cirílico no hay rastro…¿El sin sentido del sinsentido? Convence y no convence. Povera, en materiales e ideas, si desde luego que sí, conceptual, también, en su esencia. Compendio de juego-ocio, literal-abstracto, orden-desorden.

Vean y juzguen, no juzguen y vean. Rozo el limbo, pues mi postura no es muy clara, aprecio y no desprecio pero no termina de llenar. Igual es la magia del propósito último, no saber, arañar el caos, y comprenderlo, por muy disparatado que sea, y he ahí la alabanza para con nosotros mismos. Interpretemos de una forma libre las “felici coincidenze”, que Boetti tenía tan presentes en su teatro, descifremos la dualidad. “Come as you are, as you were” dijo un sabio e insignificante ente grunge.


GRETA GARZARÁN MEDIAVILLA

ALIGHIERO BOETTI
“ESTRATÉGIA DE JUEGO”
MNCARS

¿DE QUÉ TENÉIS TANTO MIEDO? EL ARTE NO ES MÁS QUE UN JUEGO

“Estrategia de juego”
Artista: Alighiero Boetti
Lugar: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. c/ Santa Isabel, 52 Madrid
Fechas: 5 octubre 2011 – 5 febrero 2012

por Ana Alonso Castellano

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía expone la primera retrospectiva dedicada al prolífico artista italiano Alighiero Boetti (1940-1994) en España. La extensísima muestra, que ocupa tres cuartas partes de la tercera planta del Edificio Sabatini, está compuesta de más de cien obras realizadas por el artista a lo largo de su vida, desde sus primeras propuestas en el marco del arte povera hasta sus famosos mapamundis bordados.

A diferencia de otros artistas, con un marcado “estilo” propio o que se mantienen en un campo limitado durante toda su vida artística, en el caso de Boetti es difícil encontrar un hilo conductor que relacione el conjunto de su obra. Sin embargo, sí podemos definir una serie de ideas recurrentes.

El artista italiano alude continuamente al juego y lo lúdico, como por ejemplo en Tutto, un tapiz que nos recuerda al famoso tablero del juego Scatergories con sus mil formas inconexas yuxtapuestas. Las colaboraciones son otro elemento clave en su obra. Al delegar en otros artistas o artesanos decisiones fundamentales de la obra, principalmente vinculadas a los aspectos estéticos, da paso al azar a la vez que desafía la importancia sagrada que se da a la autoría en el mundo del arte. La obra de Boetti también invita a reflexionar en torno a la construcción de la historia, que pone de manifiesto tanto en sus numerosos Mappa, en los que podemos ver no sólo cómo el reparto del territorio entre países enfrentados varía a medida que pasan los años y se desarrollan los conflictos, sino también hasta qué punto estamos condicionados a ver el mundo de la manera en que se ha decidido que nos sea presentado en función de las pretensiones ideológicas y no en sus proporciones reales. El concepto del tiempo sin duda no es una preocupación novedosa en un artista, pero Boetti hace referencia a él de la manera más irreverente por ejemplo al tratar de predecir la fecha de su muerte en la obra 16 DECEMBRE 2040 – 11 LUGLIO 2023.
Todas estas ideas no son independientes unas de otras, sino que marcan el tono del discurso conceptual del artista italiano y empapan de manera más o menos directa su obra, pues si tomamos como ejemplo sus mapas, encontramos también ese tono lúdico o la alusión al tiempo.

Lo que podemos sacar en claro de esta compleja y extensa reconstrucción del mapa conceptual y filosófico de Boetti, más allá de su implicación en los conflictos sociales y políticos, es una relación con el arte lejos del idealismo y la sacralización que se tiene por norma. Boetti afronta el arte como un juego, sin tomarse demasiado en serio las convenciones ni los principios estéticos, ni nada que se de por hecho que deba caracterizar a un artista. Sin embargo, este juego para adultos que es el arte y que nos plantea el artista italiano aparece aún distanciado del visitante inexperto.

En cuanto a la organización de la exposición en las salas del museo, no queda más remedio que aprovechar la ocasión para hacer hincapié, una vez más, el desafío que constituye en sí mismo el hecho de ver una exposición en el Edificio Sabatini del Reina Sofía, donde las circulaciones no han sido estudiadas tras el cambio de función del edificio ni están debidamente indicadas, por lo que es fácil dejarse salas sin visitar o invertir, por error, el orden de visita de la exposición.

Un juego un tanto infantil

Alighiero Boetti: Estrategia de juego.
Museo Reina Sofía

El Museo Reina Sofía, en colaboración con la Tate Modern de Londres y el MoMA de Nueva York, presenta esta exposición de Alighiero Boetti Estrategia de juego. La muestra, que recoge más de cien piezas pertenecientes a diferentes momentos de su producción, contiene obras más fieles a sus orígenes vinculados al arte povera, como las decisivas en la madurez de lo que finalmente llegó a ser.
Una vez entramos a la exposición nos sentimos algo desconcertados por la aparente mezcla de categorías que a parecen a su vez duplicadas. En este sentido la duplicidad es algo que independientemente de que nos llamen más o menos la a tención las propias obras aparece y se respira por doquier. Probablemente llegaba a ser obsesiva la concepción de dualidad ya que incluso en el más íntimo y personal calado, su propio nombre en algún momento alcanzaría esta dimensión. Quizá esto habría añadido una pequeña chispa al descontento que hasta ahora se nos viene encima, pero de repente la esperanza se esfuma cuando conocemos el dato de que concebía la primera de las ideas dejando finalmente el proyecto en manos de otros.

Entre estas personas anónimas se encuentran bordadoras afganas, amigos y compañeros, que a mi entender deberían llevarse parte del logro de lo finalmente realizado. El azar en este sentido aparece al confiar la finalización a segundas personas, y este ingrediente precisamente es el que a mi parecer otorga ciertas desventajas en el acabado definitivo pero pequeñas dosis de subjetividad más interesante desde otro punto de vista. Como resultado obtenemos una mezcolanza de categorías con un aire bastante infantil, ya que se trata muchas veces de la misma obra repetida en diferentes colores, esquemas facilones geométricos (que cualquiera hemos dibujado alguna vez en las tapas de nuestros cuadernos) etc.

Por tanto y a estas alturas del recorrido de la exposición, cuando aún llevamos poquito porque es verdaderamente largo, nos viene a la mente de nuevo el título de la muestra, Estrategia de juego, indudablemente piensas que se establece un juego con el espectador y su percepción pero de una manera poco clara y sin fundamento. El tiempo, el orden, el desorden, la vida y la muerte son categorías que aparecen constantemente, ejemplificadas de forma conceptual en breves ocasiones, y de forma confusa en las otras tantas. Finalmente el espectador ha de estar atento por si aparece la mínima posibilidad de desvelar la trampa o de interacción, pero nos defraudamos al ver que no hay por donde cogerla simplemente por su ausencia de sentido.

De este modo, es en alto grado llamativa, ya que en efecto el artista juega de manera visual con los diferentes formatos, materiales y tonalidades, pero deja bastante que desear a lo hora de buscarle el mensaje oculto que a primera vista creemos que hallaremos más adelante o en cualquier momento al informarnos incluso un poquito más sobre él. El desconcierto, rasgo constantemente marcado, lo vemos entre otros objetos por ejemplo en las bombillas colocadas en el interior de una caja, postales que acentúan su tinte inicial povera pero que no rompen la lectura de la muestra pues todo queda tratado de forma quizá filosófica y realmente un poco ilógica. Finalmente creo que si de haber algún rescoldo de equilibrio y lógica este lo encontraríamos en el grado dual del que hablábamos anteriormente, respecto a su apariencia visual o su carácter conceptual; orden y desorden, vida y muerte o la obra en la que leemos en carteles luminosos “PING-PONG”. Por último creo que el artista ha querido tratar cuestiones muy profundas pero que se han quedado en el camino entre tanta parafernalia.

Violeta Durán Bermúdez

Ecos de lucha en el Palacio de Cristal del Retiro

Maja Bajevic. Continuará.
Palacio de Cristal del Retiro

Hasta principios del mes pasado tuvimos la ocasión de visitar esta muestra de arte contemporáneo realizada por la artista Maja Bajevic en el Palacio de Cristal del Retiro.
Nada más entrar, observamos como pieza en torno a la que gira el discurso de exposición un gran bloque grisáceo, lo cual descubrimos que es una estructura-podio rodeada por andamios. Por estos intuimos que hay que ascender a la cima del pedestal, vacío para concluir la experiencia deslizándonos por la rampa
Invitando al espectador a colaborar directamente en su obra, comenzamos el recorrido para subir observando cada lado de la estructura. Aquí vemos pantallas que muestran fragmentos de un film en el cual se ve a la masa como ha estado guiada durante la historia, siendo sometida a ciertos movimientos y comportamientos exigidos.
Estas obras nos meten de lleno en el quiz de la cuestión, pues las gentes que aparecen se muestran como una masa-rebaño guidada por algún tirano, algo común en la historia negra más reciente de Europa. En este sentido vemos en primer plano la reflexión que se nos plantea, al hablar de cambio político y social en la historia de la humanidad. Esta cuestión del cambio vemos primeramente en los andamios, los cuales cumplen su función sustentante, pero nos inducen a pensar que quizá esté en proceso precisamente de cambio al estar siendo modificada e inacabada por consiguiente. Por tanto hemos de ser nosotros mismos los que culminemos esta obra al empezar el proceso de modificación social; hay que tirarse por el tobogán para comenzar la lucha.
Sumergidos en el contexto de lo que han sido y significado los diferentes cambios políticos y sociales, nos embarcamos en la aventura planteada por la artista; Continuará, cuyo título no es una casualidad. De hecho la artista se hallaba trabajando en la obra cuando acontecían las últimas revueltas político-sociales tales como la de 15-M, entre otras. Para refrescarnos la memoria la artista reflexiona, y selecciona para ello algunas de las situaciones concretas del último siglo que nos ayudan a construir la idea central de la exposición: el cambio, el cual ahora está en nuestras manos. La Guerra Civil española, la caída del muro y la recientemente surgida primavera árabe, son algunas de las situaciones que se identifican con los comportamientos en masa de las gentes que aparecen en las grabaciones. El sentido del cambio colectivo, es el concepto al que se quiere llegar, el cual encontraremos al liberarnos planteado nuestra disconformidad mediante diferentes vías, como pueden ser los eslóganes escritos y hablados. Así pues esta idea no se queda huérfana, pues había de aparecer este apoyo, acompañante inseparable de protestas, por medio de la mano artística. Así nuestros ojos, se ven acompañados por estas frases reivindicativas recitadas por altavoces, a la par que concebimos el tobogán, los videos expuestos en sus paredes y estas mismas frases entonadas, escritas en las ventanas del edifico. La artista, la cual calificaba de “bella durmiente” al palacio de cristal del retiro, (por permanecer impasible frente a los desgraciados sucesos acaecidos en sus alrededores en este último siglo) toma cartas en el asunto. Por último, y cruzando los dedos, esperamos que sea el interior de la instalación elegida, el lugar idóneo para comenzar la activación de conciencias, y en última instancia el grito de esperanza que tanto desea el pueblo sea escuhado.

Violeta Durán Bermúdez

Estrategia de Juego

En esta exposición encontramos una retrospectiva del artista Aligihiero Boetti (Turín 1940 - Roma 1994) , en teoría un artista perteneciente al movimiento Povera, pero el cual tras toda su carrera no se le puede encajar en un estilo. Boetti es uno de los artistas más importantes de toda la segunda década del siglo XX, e incluso el director del museo Reina Sofia Manuel J. Borja-Villel le considera un continuador de la estela de artistas como Duchamp.
Su obra se forma por el uso de bordados y tapiz en gran parte y sobre todo encontramos la idea de dualidad.
Los comisarios de esta antología, los comisarios Lynne Cooke, Christian Rattemeyer y Mark Godfrey han coproducido esta exposición entre el Reina Sofia, Tate Modern y el MOMA, y han querido mostrarnos en casi toda la tercera sala del museo, con más de ciento cincuenta obras, como Boetti juega (nunca mejor dicho) tanto con numerosas herramientas, técnicas y materiales, como papel, plexiglás, yeso, cristal, aglomerado, madera o tela, como también nos han querido mostrar como experimentó con la idea de la doble visión, de observar con doble cara todas las cosas, una eterna dualidad que se peterirá en toda su carrera, la eterna lucha de los diferentes “yos”. Por eso vemos obras como “Manifiesto”, formado por unos carteles impresos en la que encontramos una lista de dieciséis artistas del povera, también “Ping Pong” formada por dos cajas que se iluminan alternativamente sin ningún tipo de orden.
Hay también una sala dedicada al tiempo y a la idea del tiempo donde nos podemos encontrar con la obra “El árbol de las horas” o “Calendario” que nos muestran ese juego de materiales y de herramientas que tanto le destacan.
Hay una de sus grandes obras dentro del Povera que es la “Lampara anual” que es una bombilla en una caja que se enciende solamente once segundos al año de manera totalmente al azar.
En los mapas también vemos un claro ejemplo de esto, vemos como donde hay un territorio de tierra, en ellos aparecen las separaciones a nivel político, y como estos se convierten en una especie de gran juego de estrategia donde las naciones o los territorios solo se convierten en una simple casilla que invadir y conseguir, grandes bordados donde reflexiona sobre los territorios y las fronteras políticas del mundo. Esta búsqueda nace luego de su viaje  por medio oriente y especialmente Afganistán.
También encontramos procesos y pensamientos filosóficos complejos en la obra de este artista, como sus ideas del tiempo, de atrapar el tiempo dentro de un marco, con los relojes como si fueran un cuadro o las fechas rodeadas por un marco, y Aerei", es otra de las series que se puede contemplar junto a "Ordine e disordine" ("Orden y desorden"), obra muy relevante en la carrera de Boetti, el cual está formado por un centenar de tapices elaborados con letras de varios colores que el artista entregaba una vez más a bordadoras afganas y pakistaníes para que eligieran su composición final.
Curiosa la forma en la que el Reina Sofía ha querido exponer la obra de este artista, a través del juego con el visitante, que es un ejemplo de cómo Boetti quería mostrar con su arte una preocupación social, pero todo enfocado desde el juego.
Esta exposición que nos presenta el Reina Sofía muestra como hay una búsqueda de Aligheri con su obra.  En ella explora el dualismo en la subjetividad y busca abandonar las jerarquías tradicionales, lo que lo hace ir más allá de las normas impuestas por el arte de su tiempo.


Víctor Yuri de Torres
Maja Bajievic


La artista Maja Bajievic, de origen francobosnio (1967) nos hace una muestra muy interesante en un lugar muy especial y en el cual hace ya bastante tiempo se están haciendo exposiciones de este tipo, en el palacio de cristal del Retiro. Veremos ene sta exposición como el hecho de que ella sea Bosnia, y todo el proceso de guerra sucedido durante la desaparición de la antigua Yugoslavia, ha influido en su obra para que los temas de emigración, cambios históricos, política y cambios culturales sean algo patente en toda su obra.
En esta muestra, Maja nos quiere hacer pensar y recapacitar sobre los cambios y procesos tanto históricos como políticos que han ido ocurriendo  concretamente a lo largo las últimas diez décadas (guerra mundial, crisis del 29,)  y como estos no son fijos y continuos, si no llenos de cambios de punto de vista. Encontramos una visión angustiosa referente a la existencia y vida de las sociedades antes las terribles situaciones de crisis que les llevan a desesperarse. Como estas crisis políticas llegan afectando de tal amnera al pueblo que hace que se produzcan movimientos sociales de gran importancia.
En la exposición encontramos un cúmulo de eslóganes y de lemas políticos que en su momento histórico (guerra mundial, caída del muro de Berlín) pudieron tener mucha importancia pero que ahora solo se convierten en un cúmulo de eslóganes que no te crean la misma situación de ese momento, todo aquello que en un momento fue la verdad por encima de todo, que hizo mover a toda una sociedad, ahora se quedan en meras frases. Han perdido su poder. Como si aquello que parecía no tener un tope, ahora se queda en meras palabras muchas de ellas sin sentido. Esto quizá si se compara con el arte se puede ver algo parecido con la idea y la banalización de ciertas obras que en su momento fueron muy acogidas por la crítica pero que actualmente se quedan en obras de baja calidad. Y es que así se marca un aspecto muy importante de su obra que es lo efimero, algo que a pesar de su valor principal, en realidad, no es nada.
Además de dichos eslóganes, encontramos unos andamios que rodean un gran” monumento”, un monumento  que, al estar dentro de esos andamiajes, no sabes si está siendo aún construido o se está desmontando, lo que crea una sensación de duda ante aquello que éstas viendo y que posiblemente sin esos andamios daríamos por hecho que es una obra de arte o un monumento.
Maja con esto parece jugar con la idea del anti monumento, es decir, de cómo también estos mismos procesos políticos, económicos e históricos que están en continuo cambio es igual que ese monumento el cual nunca se termina de construir o de desmontar. La historia al igual que el arte son continuos procesos que parecen cambiar y ser completamente diferentes unos de otros pero que al final todos, como vemos en esta exposición, se forman de la misma manera.
Quizá, ese tobogán nos quiera reforzar la idea de lo efímero, de aquel placer que como cuando éramos pequeños nos encantaba sentir pero que es a de tiempo muy corto y siempre perecedero
También encontramos el uso de videos donde vuelve a recalcar la idea de los procesos de cambios históricos. Estos videos personalmente considero que no añaden nada a la muestra, o quizá de la manera en la que se han expuesto, ya que quizá realizado de otra manera la parte de los videos estarían mejor insertado en el resto de la obra con aires conceptuales.

Víctor Yuri de Torres

igual no es tan maja

IGUAL NO ES TAN MAJA

Maja Bajevic (Sarajevo, 1967) realiza un trabajo performativo en muchos sentidos, abarca desde el vídeo, la instalación, la performance y el sonido hasta el texto, la obra manual, el dispositivo mecánico y la fotografía.

En el Palacio de Cristal del Retiro la artista crea una instalación titulada “Continuará”. En el centro del edificio encontramos una especie de pedestal-búnker sobre el que no se sitúa ningún monumento. El pedestal se encuentra rodeado de andamios, dando aspecto de estar en proceso, de montaje o de desmantelamiento. El visitante puede subirse al pedestal, convirtiéndose en ese monumento, quizás con la idea de que el individuo de a pie es quien tiene que ser el protagonista de los cambios sociales, pero en algún momento hay que bajarse del pedestal. Uno se puede bajar del pedestal lanzándose como un niño por un tobogán, recuperando esa ilusión infantil, esa excitación o emoción ante un momento esperado, extrapolable si se quiere, a la emoción de una revuelta social, pero una vez abajo, mirado desde la distancia, no fue para tanto. Cuando subimos al pedestal por los andamios podemos ver cinco pantallas, en cada una se proyecta un video en el que se representan cinco momentos relevantes de la lucha de clases en el pasado siglo, tales como Mayo del 68 o el muro de Berlín.

Por otro lado encontramos otros andamios junto a los muros del palacio, en los que unos operarios echaron polvo sobre el vidrio para posteriormente poder escribir eslóganes de estos acontecimientos de lucha social. También se pueden leer estos eslóganes archivados y con una contextualización situados en el interior de una caja en medio del edificio. Incluso se pueden ver por la noche cuando el edificio está cerrado, proyectando los eslóganes en un vapor generado por una máquina.

A la artista le interesó este edificio por considerarlo ajeno al devenir de estos hechos históricos, y con su instalación implicarlo por fin en este tipo de acontecimientos.

La obra de Bajevic se encuentra en un lugar y momento concreto y adecuado, en un momento de lucha social resucitado, el llamado 15-M y y la crisis económica actual con lo que esto implica, el recorte del estado de bienestar.

Ofrece una visión pesimista de las revoluciones o intentos de cambio social a lo largo de la historia y en concreto en los últimos 100 años. Transmite la repetición inútil de estos acontecimientos de la lucha de clases, al repetir los eslóganes revolucionarios por megafonía que terminan perdiéndose y resultando casi inaudibles o al escribirse esos eslóganes en los muros vítreos del edificio y posteriormente borrarse y así sucesivamente. Parece que esta lucha social se convierte en una constante a lo largo del último siglo, como también es una constante lo improductivo de estos hechos. Y parece que la artista nos dice que esto Continuará. Desde luego una visión pesimista, que casi quita las ganas de indignarse, dando paso a un resignarse…

Quizás esta visión negativa de la obra de Bajevic se refuerza si pensamos que la politización del arte es algo muy relativo; teniendo en cuenta que el mundo del Arte sigue siendo un ámbito para privilegiados sociales, así resulta sencillo caer en discursos que pueden parecer vacíos e incluso frívolos.

Eduardo Serantes Regueira

juegos en serio

JUEGOS EN SERIO

La exposición recoge una retrospectiva completa de la obra de Alighiero Boetti (Turín 1940 – Roma 1994), desde sus inicios con esculturas vinculadas al povera, luego su obra se fue diversificando hasta llegar al mail art, las prácticas conceptuales, el bordado y el tapiz. La exposición se realiza en colaboración con la Tate Modern, el MoMA y el Museo Reina Sofía, y se titula “Estrategia de juego”. Entendemos el juego como un tema capital en el pensamiento del artista, donde el azar y el destino son el eje de muchas de sus obras, es lo que el artista llamaba “felici coincidenze”, una idea ligada a las “concomitancias significativas” del psicólogo Carl Jung. Ese factor del azar lo podemos apreciar en obras dispares, como en uno de sus trabajos más representativos

dentro de su producción povera, realizado en 1966: Lampada annuale (“Lámpara anual”), que consiste en una bombilla que, colocada en una caja de madera, se enciende

únicamente durante once segundos al azar cada año, o las series de bordados y tapices que encargaba a bordadoras afganas para que plasmasen sus ideas. Ejercía escasamente de diseñador, de maestro de un taller con operarios a distancia, así encargaba la realización de sus elucubraciones a ayudantes y artesanos jugando a dejar que el azar haga de las suyas al encargar el trabajo a terceros para que eligieran su composición final. Esta serie indica la predilección del artista por los juegos.

Probablemente su serie Mappa (1971-1994) sea la más popular entre los trabajos de Boetti. Son su trabajo más conocido por ser los más atractivos visualmente, el gran formato, el colorido y el hecho de ser imágenes que ya tenemos todos en la cabeza, imágenes que sabemos interpretar hacen más sencilla su lectura, sumado a la técnica del bordado que llama la atención y a ese extraño atractivo que emanan las banderas como símbolos de un país. Son mapas bordados del mundo con símbolos de la bandera de cada país bordados sobre el territorio correspondiente, con el transcurrir del tiempo observamos el cambio de banderas, es una manera de leer la historia, pero no parece un arte político, no destaca un compromiso por parte del autor, nos encontramos ante algo más filosófico, poético quizás, es un trabajo inspirado en el tiempo y la historia, en cómo los humanos elaboramos construcciones conceptuales del mundo. Esta idea se refuerza con la aburrida lección de cartografía que nos dan en el tríptico a la entrada del museo, el sistema de Mercator, Robinson etc.

Relacionado con el concepto de historia encontramos otra idea importante en la obra de Boetti, la idea sobre el transcurrir del tiempo, podemos observarlo en su obra calendario, realizada entre 1974 y 1994, son una serie de paneles de papel en los que con fechas desordenadas genera unas nuevas ordenadas y continuas. Existe una dualidad en su pensamiento creativo, orden y desorden en calendario o en ordine e disordine. Singularidad y multitud respecto al trabajo en solitario del artista frente al trabajo colectivo en sus bordados por encargo. Similitud y diferencia es sus mapas o en los mil ríos más largos del mundo. Precisión e imprecisión en la serie de relojes que están calibrados de forma alterada, etc. Ese concepto de desdoblamiento, ver todo como dos formas posibles, es recurrente en su obra.

Eduardo Serantes Regueira

Abismo Espacial

Madrid. La abstracción en la realidad. Sala Alcalá 31.

La ópera que resuena envuelve la visita, crea una atmosfera de tranquilidad y calma que, junto con lo diáfano de la sala forman el espacio perfecto para una exposición sobre el vacío. Fotografías de gran formato, cuidadoso detalle donde se muestra la plasticidad de las impresiones hechas pintura. Puede llegar a despertar la curiosidad espacial de todo aquel visitante que se atreva a entrar, es llamativa tanto por la fusión de colores como por el trabajo realizado que salta a simple vista y que nos impresiona gracias a los grandes formatos y al juego de luces y volúmenes que son la principal fuente de la que se ha servido Ballester para poder ofrecernos una nueva perspectiva de la realidad.
El protagonismo radica en la arquitectura y el vacío que esta trae, el manejo de volúmenes, colores y formas nos ofrece una percepción espacial que ya no sólo es funcional sino que ejerce una influencia sobre el espectador y que nos lleva al propio vacío de pasión y sentimiento contenido. Qué no transmiten en apariencia ningún mensaje clave, sólo la nada, que cada cual llenará de distintas emociones, totalmente abierto a interpretaciones, una asimilación e interiorización individual.
Esas arquitecturas desnudas nos muestran también el mundo que dejamos, la ausencia del hombre nos da la clave para saber que son una muestra de los muchos legados de la humanidad. Que son el reflejo de nuestra sociedad y de las necesidades de una época.
Construcciones que se nos presentan desde otra cara, esa que no se puede apreciar a simple vista y que nos llevan a ver mas allá que sólo amasijos de hierro y hormigón. Y es que la otra realidad esta en el mundo que nos rodea, de ella podemos sacar distintos contextos, y sólo con un objetivo y un poco de imaginación puede dar un resultado como este, siendo así que lo típico llega a ser hermoso.
Son imágenes donde se crea perfectamente esa sensación de abstracción. Pero enfocar el mundo desde ese abstraccionismo geométrico no es ninguna novedad y vemos sus huellas en el Suprematismo, De Stijl y el Constructivimo, con ese espacio informe, donde todas las diferenciaciones nominales y funcionales son una ilusión humana.
La muestra sigue la misma línea durante todo el recorrido, las imágenes son todas una misma y nos habla del mismo mensaje que nos refuerza a través del vídeo “Ah! Mio cor” con una mixtura de imágenes de distintos tipos, figuradas y abstractas y que nos dejan claro de qué nos quiere hablar Ballester.
Si no nos detenemos a observar y reflexionar un poco sobre estas impresiones la sensación de cada uno será la de no haber entendido nada y saldremos de aquí tal y como entramos, ya que se trata de abordar un lenguaje que se encuentra en la contemplación de las mismas. Aún así la primera sensación es la que más nos va a sorprender mientras que el resto se mantendrá en un mismo nivel sin ofrecer nada más que lo que vimos en un principio. No hay nada que explicar, es otra de las muchas realidades que nos ofrece el arte y que invito a que todos lo hagan a pesar de haberse repetido en la historia y no ofrecer ninguna innovación incluso en lo pictórico que hoy en día podemos ver fácilmente en cualquier retoque fotográfico gracias a la tecnología, a pesar de esto siempre hay hueco para poder apreciar esta forma de plasmar la realidad y dejar así patente el dominio de la fotografía.

María Rodríguez Rubio

Alighiero Boetti. Museo Reina Sofía

Sin un conocimiento previo del pensamiento de Boetti esta muestra es difícil de entender por el aparente desorden y desconexión de unas piezas con otras. Se reúne todo un pensamiento filosófico que explica perfectamente toda la ideología a la que Boetti estaba vinculado, con la que se creció como artista e hizo parte en sí misma de sus propia vida y muerte. Sus obras van a girar en torno a este pensar y a estas ideas conceptuales sobre la obra y la vida, donde todo permanece como un constante juego del orden y desorden, y las palabras forman en este conjunto un papel importante, así como el tiempo que se mantiene ligado a nosotros en un constante vaivén de la vida que a veces no somos capaces de entender y con el que las realidades se van transformando formando todas ellas partes importantes del mismo puzzle que se va confeccionando a lo largo de nuestra propia existencia. El paso del tiempo y de la vida juegan ese mismo papel con nosotros mismos donde incluso nosotros somos parte de las piezas de un mundo que aun no llegamos a entender, y que parece jugar con nosotros a través del paso del tiempo y del cambio.
El principal juego que intentara mantener Boetti será la duplicación, dos formas en uno mismo, esa forma de ver una naturaleza de dos formas distintas la alternativa que se deja abierta a posibilidades intrínsecas.
Su arte conceptualista muy vinculado a su experiencia de viaje en Afganistas forman parte de su experiencia personal y nos acercan de cierta forma a algo mas acogedor y cercano al propio artista con esa vinculación a su mundo.
Los mapas son una gran expresión de esa idea de cómo el ser humano juega con todo lo que le rodea como si de un juego de estrategia se tratara donde todos somos piezas de un mismo tablero de ajedrez que con el paso del tiempo van cambiando por nuestra misma mano que son las que cambian la misma perspectiva de la vida. Movemos las piezas pero no pensamos las consecuencias de los actos porque como en todo juego, gana quien sea más rápido en sus jugadas.

Mas que clasificar su arte dentro de un estilo su relación mas directa será con el pensamiento filosófico y la poesía, todo dentro de ese sentido metafísico. También la casualidad esta presente, cuando se trata de la realización de sus obras donde el trabajo final lo ha dejado en manos de otros, sin poner unas normas estrictamente establecidas y dejando que todo surga un poco por el azar o por el momento de la confección de la obra.
Nos metemos dentro de la obra al ser los encargados de desvelar este puzzle que se nos plantea formando parte de la misma obra, entramos dentro de su juego y el desafió es desvelar el enigma que esconden sus piezas.

Es una exposición llamativa, pero desconcertante, bombillas dentro de una caja de madera, relojes, el calendario, son pequeñas muestras de sus comienzos como artista povera, pero que sigue la misma relación con el resto de su obra y su obsesión, es ese existencialismo desde la realidad del juego contada de forma sencilla y a la vez complicada para todo aquellos espectadores que no se impliquen en buscar sentido a todo esto. Porque la cultura esta ahí y todos deberíamos movernos, buscar preguntas y respuestas a todo aquello que nos rodea, crear nuestra filosofía, y no sólo el famoso Carpe Diem puede ser una respuesta, porque la vida seguirá siendo un juego para todos donde deberíamos tener las mismas oportunidades de poder apostar y jugar.

María Rodríguez Rubio

Maja Bajevic en el Palacio de Cristal

En este magnífico espacio se levanta todo un escenario histórico ambientado con aire de guerrilla revolucionaria, maquinaria, carteles y andamios sacados de todo un contexto soviético.
Un bloque a modo de bunker rodeado de unos andamios que conforman todo un ambiente de guerrilla por los cuales a cada paso nuestro parecen querer desmontarse hundiéndose debajo de nuestros pies, con una gran inestabilidad como la que se mantiene en una revolución, donde cada uno de esos pasos a pesar de hacerse con seguridad no te confirman el camino a seguir.
Incrustados en este bunker los videos sobre las performance nos hablan claro del papel que tomaron las personas en distintas luchas, y podemos ver como todo un pueblo es capaz de moverse y luchar por unas ideas, nos hablan de nuestro tiempo, de nuestro pasado, de nuestra historia. Y al final de este recorrido nos queda la decisión de dar la vuelta atravesando de nuevo todo ese andamiaje a medio derruir o tirarnos por un tobogán, que algunos lo encontraran incomodo y otros una forma de liberarse, de disfrutar y ser, de cierta forma, partícipe de esta obra.
El bunker se transforma en un podio, cuando una cantante tenor corona la cima, el momento queda protagonizado por ella y por los eslóganes que entona, todos la miran desde abajo. Como un pedestal sobre el que se apoyan las estatuas de la Antigüedad o como una plataforma donde es ella la única escuchada y parece recordar aquellas figuras del pasado que hablaban a todo un pueblo y revolucionaron el mundo con sus mensajes, es el momento que más se acerca a todo ese sentido de movimiento, lucha y revolución. Y a pesar de que los mensajes no han sido los mismos, han ido cambiando, otros sin embargo vuelven a utilizarse para otra causa pero con el mismo sentido que aquella otra revolución fue y que ha quedado olvidada, incluso su lucha puede ser la misma.
Pero sí hay que hablar de ello porque cómo bien dice Machado, “¿quién sabe lo que ha pasado?”, hay que refrescar la memoria de lo que ha sido porque a través del conocimiento de nuestra historia podemos entender el presente, incluso lo que puede llegar. La instalación, el vídeo, la performance, el sonido, el texto, todo esta aunado en un mismo lugar, se compaginan para poder mostrarnos el mundo que fue.
Tratar estos temas de revolución esta a la orden del día, todos los artistas lo toman y lo ponen al servicio de las artes , temas que ya tienen una considerable fuerza de atracción, hablan de nuestra historia que sensibiliza de súbito con el espectador, cuestiones que nunca pasan de moda y que mantienen la muestra en una alta perceptibilidad.
La voz del pueblo parece querer ser escuchada constantemente demandando todos aquellos abusos de poder, sean sociales, políticos, económicos. Los intereses del pueblo son los que deberían pesar, criticas que hay que escuchar, como los mensajes dados por un altavoz a nuestro paso por la exhibición y que consiguen que resuenen como un eco repetitivo dentro de nuestras cabezas grabándonos así la idea del disconformismo social del mismo modo que lo hace el canto de la tenor y los eslóganes escritos en las paredes de cristal del Palacio que se borran y escriben de nuevo de forma reiterativa, es la idea de un ciclo insistente en la historia, que vuelve a cobrar vida una y otra vez. Reinvindicaciones atemporales que cobran sentido para nosotros, las voces reclaman lo que el pueblo más ansía, ser escuchado.

María Rodriguez Rubio

El arte de una vida

La exposición de Alighiero Boetti presentada en el Museo Reina Sofía de Madrid, donde se encuentra el gran desarrollo del artista italiano dentro del arte povera, utilizando en la gran mayoría de sus obras materiales pobres, reflejando la necesidad por parte del artista de dar a conocer el sentimiento final de su obra, alejándose de toda comercialización posible en el arte, la cual estaba presente ya en las obras contemporáneas.
A diferencia de compañeros artistas suyos, no utiliza sus obras para llevar a cabo un mensaje político, sino un mensaje social. Dicho mensaje se encuentra en la gran cantidad de Planisferios políticos donde se muestran, no solo la estructuración en países con sus respectivas banderas, presentando incluso, la invasión soviética de Afganistán a comienzos de la década de los 70’, sino los límites que se interponen los diversos países al establecer fronteras y barreras que los separan entre ellos.
El gran trabajo llevado a cabo en los tapices Planisferios políticos, gracias a su visita al país afgano a principios de los 70’, lugar preferido por muchos de los integrantes del movimiento hippies para evadirse del control de las ciudades europeas. Para realizar este trabajo, Alighiero Boetti diseñará una serie de mapas que después encargará a artesanos especialistas en tapices, quienes terminan el tapiz con los diversos mapas dependiendo del país en el que están ubicados.
Durante toda la exposición se presenta una serie de elementos del arte povera, donde cada uno de estas obras intenta dar una visión de Alighiero Boetti.
En la primera sala de la exposición se presenta el tema de la vida y la muerte, estudiado por el artista como algo realmente preocupante dentro de su vida, ya que el mismo pensaba vivir más de 80 años.
En las siguientes salas de la exposición se alternan y entremezclan temas tan increíbles como el infinito, la preocupación del tiempo reflejado en cuadros donde se presentan dos cuadros con fechas, la primera de ellas del 16 de diciembre de 2040 y la segunda del 11 de julio de 2023 representan, la primera celebra el centenario de su nacimiento mientras que la segunda predice la fecha de su muerte.
La idea de Alighiero Boetti es transmitir un mensaje a la sociedad, sin que dicho mensaje constituya un ¡a unión a la política o un hecho que fomente el comercio artístico.
La exposición del Reina Sofía está ubicada en la tercera planta del edificio Sabatini, recorriendo varias estancias del antiguo hospital, para llevar a cabo un recorrido correcto de la misma, se encuentran diversos carteles como “Alighiero Boetti: La estrategia de juego” que iban señalando las salas, aunque en algunos casos, los trayectos se entrecruzan despistando al espectador.
Cada una de las obras de arte se exponen en grandes espacios expositivos, dejando grandes espacios para la observación de las obras, aunque en muchos de los casos las obras de una sala apenas tienen relación con las obras encontradas en las salas contiguas.
Esta inconexión entre las salas expositivas provocan desorientación en el espectador, sin contribuir a un buen conocimiento de la obra de Alighiero Boetti, los puntos en común de la exposición se encuentran por detalles argumentales pero no por el diseño de la exposición, ya que su disposición desconcentra al individuo, sin llegar a conocer el mensaje que quiso transmitir Alighiero Boetti con su obra a lo largo de su corta vida, aunque la disposición de las obras en el espacio no creo que sea el adecuado para transmitir el mensaje del artista.

Cristina Sandoval Tejera, “Alighiero Boetti: La estrategia de juego” Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, desde el 5 de octubre del 2011 al 5 de febrero del 2012.

domingo, 30 de octubre de 2011

LO ESTÁTICO Y LO ETERNO

LO ESTÁTICO Y ETERNO

José Manuel Ballester hace que la arquitectura de nuestros días sea eterna gracias a sus espectaculares fotografías. La abstracción en la realidad es una exposición que incluye medio centenar de sus obras fotográficas realizadas en los últimos años.

La fotografía de Ballester retrata vistas de museos y otros edificios mediante perspectivas y juegos de luz de corte pictórico. Hay una síntesis entre fotografía y pintura, entendidos ambos como medios de expresión y como modos de ver. La exposición reúne fotografías de diverso formato que recrean la visión personal del artista respecto a los lugares que aparecen fotografiados. Utiliza los grandes formatos y las panorámicas para representar algunos espacios con grandiosidad y amplitud, y el pequeño formato para dar paso a la intimidad.

La arquitectura muestra tanto lugares reconocibles en los que retrata “psicológicamente”sus fachadas, como los recovecos en los que, jugando con la luz y el dominio del espacio, recrea espacios imposibles que se acercan más a la abstracción que a la realidad. Una realidad que no se pierde sólo en el espacio, sino que también lo hace en el tiempo, ya que convierte el instante en eterno. Esta es una cualidad que consideramos intrínseca de la fotografía, pero que normalmente nos planteamos cuando contemplamos una fotografía en la que aparecen acciones figuradas, es por eso que me parece magistral que, contemplando una fotografía de un objeto estático como es un edificio, se plantee la cuestión del tiempo, del instante, de la perdurabilidad. En estas obras la figuración humana no es física o tangible, sino que está implícita en los espacios, ya que los edificios han sido construidos por personas, y son ellas las que lo habitan y confeccionan sus espacios y funciones.

Además al no introducir personas en estas fotografías juega con la participación del espectador, pues es éste el que tiene que interpretar y disfrutar de estos espacios vacíos. Como él afirma en una entrevista “el vacío llena mucho”, y cada uno puede comprender ese vacío de manera positiva o negativa. Ese vacío y quietud se ven acrecentados por la amplitud y luminosidad de las dos plantas de la Sala Alcalá 31, que dota a la exposición de una experiencia sensorial acompañada por la música que proviene del material audiovisual que también forma parte de la obra del artista.

En mi caso la experiencia fue muy positiva, no sólo por la degustación de la perfección técnica de los encuadres, composiciones, simetrías, efectos ópticos, etc., sino por esa quietud, que suele resultar al ver paisajes lejanos, ajenos a la vida diaria. La calma que tan difícil es experimentar en nuestros días, la sensación de sosiego frente a la vida frenética de nuestra ciudad, es una sensación que generalmente no me produce el contemplar en directo los edificios contemporáneos. Normalmente en ellos no para de entrar y salir gente, y tú tampoco paras para contemplar la belleza de sus formas, ves su función, compruebas que se cumple y sigues caminando.

Captar el paso del tiempo y retratar un instante para eternizarlo ha sido tarea de artistas desde el principio de los tiempos. Ballester muestra lugares vacíos, apagados y desolados, son lo que queda cuando el tiempo pasa. Cuando todo ha desaparecido y los hombres ya no están, su solitaria presencia hace palpable la destrucción del tiempo. Como escribía Proust, sólo nos damos cuenta de las cosas y los seres que nos rodean y que vemos diariamente, sin reparar en ellos ni darles importancia, cuando se han ido. El tiempo, que acaba con las cosas para siempre, paradójicamente, nos las expone, las revela y nos las hace sentir por vez primera.

LA ABSTRACCIÓN EN LA REALIDAD

Sala de Exposiciones Alcalá 31

Sara Rodas de Lama