lunes, 31 de octubre de 2011

Alighiero Boetti. Museo Reina Sofía

Sin un conocimiento previo del pensamiento de Boetti esta muestra es difícil de entender por el aparente desorden y desconexión de unas piezas con otras. Se reúne todo un pensamiento filosófico que explica perfectamente toda la ideología a la que Boetti estaba vinculado, con la que se creció como artista e hizo parte en sí misma de sus propia vida y muerte. Sus obras van a girar en torno a este pensar y a estas ideas conceptuales sobre la obra y la vida, donde todo permanece como un constante juego del orden y desorden, y las palabras forman en este conjunto un papel importante, así como el tiempo que se mantiene ligado a nosotros en un constante vaivén de la vida que a veces no somos capaces de entender y con el que las realidades se van transformando formando todas ellas partes importantes del mismo puzzle que se va confeccionando a lo largo de nuestra propia existencia. El paso del tiempo y de la vida juegan ese mismo papel con nosotros mismos donde incluso nosotros somos parte de las piezas de un mundo que aun no llegamos a entender, y que parece jugar con nosotros a través del paso del tiempo y del cambio.
El principal juego que intentara mantener Boetti será la duplicación, dos formas en uno mismo, esa forma de ver una naturaleza de dos formas distintas la alternativa que se deja abierta a posibilidades intrínsecas.
Su arte conceptualista muy vinculado a su experiencia de viaje en Afganistas forman parte de su experiencia personal y nos acercan de cierta forma a algo mas acogedor y cercano al propio artista con esa vinculación a su mundo.
Los mapas son una gran expresión de esa idea de cómo el ser humano juega con todo lo que le rodea como si de un juego de estrategia se tratara donde todos somos piezas de un mismo tablero de ajedrez que con el paso del tiempo van cambiando por nuestra misma mano que son las que cambian la misma perspectiva de la vida. Movemos las piezas pero no pensamos las consecuencias de los actos porque como en todo juego, gana quien sea más rápido en sus jugadas.

Mas que clasificar su arte dentro de un estilo su relación mas directa será con el pensamiento filosófico y la poesía, todo dentro de ese sentido metafísico. También la casualidad esta presente, cuando se trata de la realización de sus obras donde el trabajo final lo ha dejado en manos de otros, sin poner unas normas estrictamente establecidas y dejando que todo surga un poco por el azar o por el momento de la confección de la obra.
Nos metemos dentro de la obra al ser los encargados de desvelar este puzzle que se nos plantea formando parte de la misma obra, entramos dentro de su juego y el desafió es desvelar el enigma que esconden sus piezas.

Es una exposición llamativa, pero desconcertante, bombillas dentro de una caja de madera, relojes, el calendario, son pequeñas muestras de sus comienzos como artista povera, pero que sigue la misma relación con el resto de su obra y su obsesión, es ese existencialismo desde la realidad del juego contada de forma sencilla y a la vez complicada para todo aquellos espectadores que no se impliquen en buscar sentido a todo esto. Porque la cultura esta ahí y todos deberíamos movernos, buscar preguntas y respuestas a todo aquello que nos rodea, crear nuestra filosofía, y no sólo el famoso Carpe Diem puede ser una respuesta, porque la vida seguirá siendo un juego para todos donde deberíamos tener las mismas oportunidades de poder apostar y jugar.

María Rodríguez Rubio

No hay comentarios:

Publicar un comentario