viernes, 28 de octubre de 2011

PROFETA ERRÁTICO SE INSTALA EN MADRID

ALIGHIERO BOETI. ESTRATEGIA DEL JUEGO EN EL REINA SOFÍA
La obra artística de Alighiero Boetti no puede considerarse adscrita a ningún movimiento aunque por momentos, ejerció en el povera, como conceptual y especialmente en el mail art recuperado por los neo-dadaistas. Polifacético y multidisciplinar, creó sin parar y experimentó con todo tipo de materiales y texturas. De ahí sus numerosos dibujos a lápiz y a bolígrafo, sus esculturas, sus tapices y bordados. Pero especialmente fascinado por el juego y el azar.
Su romanticismo y su afán de viajar le llevaron a colaborar con artesanas afganas, de Zanzibar, de Tokio o de Guatemala. En los casi treinta años que dedicó a la creación, los hados inspiraron su obra. Muestra de ello son los momentos que reflejan los diferentes trabajos expuestos. Y, aunque pudieran parecer totalmente distintos, seguramente se debe a los dispares momentos artísticos en los que experimentó; si bien todos ellos con un denominador común: la utilización de materiales humildes.
La Lampada Annuale es una de sus más famosas y desconcertantes obras perteneciente a ese primer momento artístico en el que, junto a Paolini y Pistoletto, forma el pequeño grupo italiano del arte povera. Una simple caja con una bombilla que se enciende solamente una vez al año de forma aleatoria durante once segundos.
La materia humilde, el azar y la casualidad son elementos destacables de ésta y sucesivas etapas. En ese sentido también la exposición parece fruto del azar; su distribución es un tanto imprevisible. Ciertamente no se puede decir que tenga una gran coherencia. Más bien, las obras de este, romántico, afable, solidario, viajero incansable, singular, dual y fascinante artista italiano, Alighiero Boetti, (Turín 1940)parecen dispersas por las diferentes salas, sin conexión aparente.
Es Boetti un romántico que pretende rescatar la ingenuidad del arte con sus enormes paneles de aviones surcando cielos azules, encarnados, violetas. Sus Aerei son estampas idílicas que recorren las infinitas cartas de sus Viaggi Postali por cielos provisionales e inadecuados hasta que son recibidas por las multicolores máscaras poligonales de sus enormes lienzos.
Incansable en la experimentación y en los viajes de sus numerosos y gigantescos mapas bordados con banderas, letras de todos los idiomas, números y símbolos. Mapas que recuerdan estados desaparecidos, imperios obsoletos e iconos proscritos, pero que presienten la llegada de otros que ahora son y de otros muchos que llegarán a ser.
Solidario en sus Lavori Biro, realizados a bolígrafo, acogiendo el hacer y la monotonía de personajes anónimos y artesanos de otras culturas . Viajero incansable por otras culturas azules, verdes, rojas, amarillas,... como los mares de sus mapas y sus banderas. Su obra es viaje, experimentación, búsqueda, complicidad, poesía, juego , narración.. .
Por momentos, la exposición es disparatada y, por momentos, dulce y amable; pero sobre todo es colorista y poética como sus inmensos tapices de abigarradas figuras desordenadas o sus puzles en relieve con letras que no dicen nada.
Es dual como Alighiero y Boetti (representación de su otro ego en la fotografía que da fe de su desdoblamiento). Dual y desconcertante como su Ordine e Desordine o como las falsas direcciones de sus cartas.
Fascinante artista como el destino al que él persiguió por el mundo. Errático profeta al que la parca privó en el acierto de su muerte y de que pudiera encontrar al antepasado rebelde que luchó contra Catalina la Grande , pero al que no pudo impedir regresar a los lagos turquesa de límpidas aguas en Band-e- Amir, y que ahora nos haya dejado una fiesta de color y de vida en la exposición del Reina.

Enrique Delgado de Francisco

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