sábado, 22 de octubre de 2011

No me cambia

Maja Bajevic, Continuará


Desde los días 29 de septiembre y 3 de octubre pudimos ver en el Palacio de Cristal del Retiro, la primera exposición individual presentada en España por la artista francobosnia Maja Bajevic, organizado a través del Museo Reina Sofía. El proyecto que plantea fue pensado expresamente para ser desarrollado dentro de este espacio expositivo como parte ligada al mensaje de la muestra, aunque sin llegar con éxito a tal fin, ya que el espacio queda algo desaprovechado a mi parecer.


El cambio como única verdad es lo que pretende defender a través de una selección de unas 100 consignas o eslóganes de carácter político o económico que se han utilizado en los últimos cien años y que según los intereses de cada momento han formado parte de ideologías contrarias como propaganda política. Todos ellos elegidos de manera bastante arbitraria y teniendo muy presente el factor del azar. La forma en la que la artista decide plasmarlos es también muy significativa ya que lo hace a través de la suciedad sobre los ventanales que durante los días en los que se desarrolló el performance, “Categoría-Azar” fueron realizados variando su posición dentro del espacio de la instalación y recitados por distintos cantantes con más o menos talento, desde la plataforma-tobogán situada en uno de los extremos de la instalación y que después seguirá sonando a través de una grabación.

La dificultad para leer las consignas sobre los ventanales, nos hace cambiar de posición y esforzarnos para distinguir unos y otros, un esfuerzo por ver y comprender más allá de lo que tenemos delante, plasmados como una idea en su conjunto. El dejar expuesta la maquinaria y los andamios que utilizó es una forma directa de implicación, donde te acerca a su sistema de trabajo, es algo cercano pues, ¿quién no ha escrito alguna vez en el vaho de un espejo o en alguna ventana frases con o sin sentido?


La otra parte fundamental de la muestra es un “monumento”, una estructura de carácter lúdico, en forma de columpio infantil de grandes dimensiones, donde podemos ver, si nos decidimos a subir, grabaciones de video sobre cinco pantallas que tienen el título de Wende (giro en alemán). En ellos vemos como la “masa” es la que toma partido como agente activo de la sociedad, también como público y espectador.

La obra de arte en el momento de realizar el performance y la consecuente reacción de los espectadores lo días posteriores, la reacción frente a lo que queda, es parte total de su proyecto artístico y del mensaje de la exposición. El continuo movimiento de las personas que vienen a verlo, las actuaciones, las miradas de cada uno frente a lo que hacen otros y lo que ven, si te subes, si te lanzas, si solo miras o si ves que hay tanta gente subida en una estructura inestable y con límite de peso que te preocupas pero aun así tú también subes olvidando la seguridad. Una estructura inestable como nuestra propia sociedad, en continuo movimiento y en el borde del cambio siempre.


Convirtiéndote por unos segundos en protagonista, sobre un pedestal sin estatua como explica la autora, decides lanzarte por el tobogán a pesar de quizá el miedo, la vergüenza, la inseguridad o con decisión, pero nadie te indica lo que tienes que hacer, solo te plantea medios que tú puedes utilizar o no, formando partido o no, lanzándote o formando parte solo mirando desde abajo y observando al resto de la gente.

Aun así, aunque Bajevic consigue hacerme reflexionar y me hace partícipe de su idea de cambio, ha llegado un momento en el que pocas cosas me conmueven, paso por la exposición sin pena ni gloria y me llevo un ¡qué curioso! pero no me cambia.


Yolanda Merino Aguirre

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