sábado, 22 de octubre de 2011



José Manuel Ballester
La abstracción de la realidad.
José Ballester es uno de los fotógrafos más respetados en la actualidad y galardonado mejor con el premio nacional de fotografía en el año 2010. Nos muestra como hacer una exposición de fotografía en el que tanto el artista como la  comisaria  Lorena Martínez de Corral han realizado una labor muy acertada.
Las fotografías de Ballester son sublimes, en ellas encontramos imágenes de arquitecturas que consiguen atrapar la esencia más poética de cada imagen,  el sentimiento del vacio y la sensación del silencio en casi todas las fotografías, incluso cuando se trata del interior de un contenedor de gas, donde no falta los toques de belleza que encontramos en todas sus fotografías.
 Ballester nos muestra con estas arquitecturas el paso del tiempo, como se borra lo vivido con el paso del tiempo y como esto se vuelve a reconstruir dejando atrás lo que antes había sin ningún tipo de reparo, unas arquitecturas que están diciendo adios para dejar paso a las nuevas construcciones. Un dejar atrás un pasado que a nadie parece ya importar.
Nuevas creaciones que chocan con lo pasado, que rompen totalmente por el estilo de creación anterior. También vemos una continua obsesión por las separaciones en tríptico, espacios arquitectónicos divididos en tres puertas, ventanas, etc. Quizá Ballester nos las muestra como un recuerdo a órdenes arquitectónicos antiguos, como un estudio perspectivo de las nuevas formas o a los trípticos religiosos que encontramos sobre todo durante la tardía edad media.
Todas las imágenes son bellas, llenas de estudio y de preparación. No hay una foto-o al menos no parece-que haya sido realizado por un disparo rápido de la cámara. Se descubre un estudio antes de fotografiar cualquier espacio, en el que lo abstracto forma una realidad, como pretende defender el mismo fotógrafo, la tensión entre la abstracción de las formas como la realidad que estás formas, una lucha entre lo real y los irreal que se acaba plasmando en cada una de sus fotografias, demostrando que no todo lo que vemos es como lo vemos pero que a pesar de esto, siempre hay una realidad dentro de todo lo que se ve.
Muy interesante también es la instalación de video con música en la que vemos en la imagen seis puertas en las que a través del cristal se pueden observar un continuo pasar de diferentes fondos de objetos uniformes, algunas rocas, se atisban edificios o partes de ellos, y todo fusionado con colores vivos que mezclado con la música provocan una sensación de extraña curiosidad y gusto por parte del espectador. Aunque es posible que esta sea la parte de la exposición en la cual más desarmado se deje al visitante que no acaba de entender muy bién que es lo que está viendo.
No se puede dejar de lado la importancia que tuvo la comisaría de la exposición, ya que aprovechando el magnífico lugar en el que encontramos esta exposición, con una arquitectura que en parte refleja lo que nos transmite Ballester con sus fotografías, la influencia del paso del tiempo en las arquitecturas y su futura muerte. Juega con las fotografías y con la arquitectura de la galería, como el uso de las fotografías de las escaleras que parecen que continúan en las escaleras de subida de la galería, siempre hay una perfecta  y estudiada colocación de cada obra.
Realmente me ha gratificado esta exposición que invito a visitar. No siempre una exposición de fotografía se hace tan amena y más cuando estamos hablando de fotografías que en su totalidad tratan el tema de la arquitectura y de los interiores de estructuras.
Víctor Yuri de Torres

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