Avelino Sala, Blockhouse, Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia
Galería Raquel Ponce, C/ Alameda, 5
15 de Septiembre- 15 de Octubre
Mª Ángeles Rodríguez Sánchez
¿Podremos asumir en algún momento que no hay futuro sin cultura?
Todo esto viene al caso de la exposición de Avelino Sala en la que se trata primordialmente el tema de la resistencia cultural. Para ello se sirve de las movilizaciones obreras y de la clase trabajadora de forma que podamos establecer ciertos paralelismos entre estos dos tipos de trabajadores que van más allá del mero proceso reivindicativo, de cómo los trabajadores culturales actuales se pueden comparar en cierto modo aquellos trabajadores proletarios que iniciaron procesos de resistencia en contra del sistema socio-económico impuesto. Sala nos presenta una pequeña muestra en la que nos hace cuestionarnos cuál es el papel de la cultura en los días que vivimos y qué estatus tiene ésta en la sociedad de modo que, a su vez, nos hace tomar conciencia del mundo al que nos vamos a tener que enfrentar el día de mañana.
Este pequeño compendio de acuarelas, dibujos, esculturas y grafittis nos narra cómo el factor cultural ha sido relegado a los más bajos estratos de la sociedad hasta el punto en que los trabajadores culturales nos vemos en la continua lucha por intentar dejar constancia de la verdadera importancia que tiene la cultura en la configuración de las sociedades. Este proceso que se inició con la Ilustración no ha ido más que en descenso desde el siglo XVIII y me gustaría señalar como hecho paradigmático que fue hace ya casi un siglo cuando Greenberg sentenció que la pervivencia del arte era fundamental ya que es éste era el último reducto de la cultura. Esta idea, tal y como hemos podido comprobar en esta exposición, es más o menos la misma que Sala nos transmite con sus piezas, es decir, hemos sido capaces de sobrevivir al siglo XX con todo lo que éste ha supuesto sin aprender a valorar el peso que tiene la cultura en la época contemporánea.
Otro hecho a destacar de esta muestra es precisamente la idea de la movilización de la masa y la sociedad y de una consecuencia que considero clave en la obra expuesta en esta galería como es la cuestión del anonimato. Normalmente cuando se procede a la reivindicación de cualquier asunto de interés general, las personas que participan de ello se olvidan de alguna manera su condición individual para pasar a ser junto con el resto de personas una entidad social. Esto conlleva a la pérdida de la identidad individual en pro de la consagración de la colectividad. En esta muestra nos hemos enfrentado a dibujos y figuras cuya cara estaba tapada de manera que nos es imposible de identificar a esas personas, sin embargo, es una cuestión que al fin y al cabo carece de importancia ya que todos ellos formaban parte de esa colectividad que lucha con nosotros a favor de la cultura.
¿Cuántas veces no habremos escuchado eso de que el estudio de la cultura y de las disciplinas humanísticas no sirve para nada, que el pasado quedó atrás y no es merecedor del estudio? Todavía hay gente que piensa ésto a la vez que piensan que el arte del Renacimiento es el clímax artístico... ¿pensarían lo mismo si supieran que el arte del Quattrocento es precisamente un estudio cultural de la época clásica? ¿Cambiarían de opinión en cuanto a la consideración de la cultura o dejarían de considerar el arte del Renacimiento como momento álgido de la historia del arte? Desde luego no tengo respuesta para todas estas preguntas pero lo que sí espero es que se realice una reconsideración de los valores culturales que aclare de una vez la situación en la que nos encontramos.
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