miércoles, 12 de octubre de 2011

¡FOTOS NO!

José Manuel Ballester; “La abstracción en la realidad”, Sala Alcalá, 31.

Del 8 de Septiembre al 20 de Noviembre de 2011

Mª Jesús Hernández Montes

La exposición que encontramos estos días en la sala Alcalá 31 está compuesta, principalmente, por una serie de obras fotográficas realizadas por el artista José Manuel Ballester (Madrid, 1960). Estas obras han sido realizadas durante los últimos años por el artista, pero en la exposición podemos observar sólo una parte de su totalidad.

José Manuel Ballester proviene de una formación artística pictórica, que llevó a cabo en la Universidad Complutense de Madrid, pero finalmente se decantó por dedicarse principalmente a la fotografía. Al conocer dichos inicios académicos no es ninguna sorpresa que sus obras tenga ese aspecto pictórico en el que se formó. Además del aspecto pictórico de las obras que encontramos en la exposición, sirviendo incluso como característica común entre ellas, encontramos como hilo conductor una serie de características con las que el artista juega en prácticamente todas las obras, como son; la luz, la profundidad, la perspectiva y una clara tendencia a la geometrización. Habría que destacar la importancia que obtiene la perspectiva tanto en las obras como en la exposición en conjunto, la comisaria de la exposición Lorena Martínez de Corral junto con el espacio expositivo de doble altura consigue crear diferentes sensaciones, puntos de vista,… en definitiva entre la obra y su colocación se llegan a observar diferentes obras de una misma obra, todo depende del lugar desde el que mires las fotografías. Además de esto llama mucho la atención, en algunas de las obras, el hecho de poder adentrarnos en ellas, si conseguimos abstraernos de la realidad y mirar de cerca los espacios abiertos, dándonos la sensación de estar allí mismo o de espacios que nos invitan a pasar a través de ellos.

A raíz de imágenes que representan espacios concretos de un todo conocido, famoso, admirado y con diferentes funciones totalmente establecidas, el artista consigue que esos espacios se individualicen aliviando su carga de representación social que deberían mantener. Representa la belleza o intimidad de lugares que en esa instantánea pueden realizarse como ellos mismos y destacar por algo más de lo que ya estamos acostumbrados a observar; según el propio artista “Las personas tenemos que lidiar con el yo íntimo y un papel que tenemos que representar”, en este caso no son personas pero para mí tiene el mismo sentido.

A pesar de todo esto encontramos elementos que entorpecen la visita a la exposición, cómo es el hecho de encontrar obras sin cristal y otras con cristal. Entiendo perfectamente que los cristales en las obras son un medio de protección para su cuidado y mantenimiento, pero son un elemento que contamina la visión de ellas, ya que en esos cristales se refleja la luz o incluso nuestro propio reflejo impidiendo que se puedan ver con total nitidez.

Encuentro muy interesante, a nivel estético, muchas de las obras que se exponen, y no podemos más que alabar la calidad técnica del artista, pero algunas de las imágenes suscitan la famosa frase del visitante; < Esto lo hago hasta yo>. Supongo que esta idea de la fotografía como algo fácil y sin aparente dificultad estética seguirá enturbiando muchas obras de artistas que se dedican a este arte que aún no tiene una aceptación heterogénea en la sociedad artística.

Finalmente, y como punto anecdótico, encuentro irónico que durante la visita no se puedan realizar fotografías de las propias fotografías, no entiendo el motivo de la negativa y espero que Ballester no tuviese estos problemas durante los años en que estuvo trabajando porque sino hoy no hubiésemos podido apreciar los resultados.

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