miércoles, 12 de octubre de 2011

Espacio, luz y tiempo

Prisas, pitos, sirenas, pobreza en las calles, manteros, contaminación es lo que vemos todos los días en nuestra querida ciudad en la que vivimos, Madrid. Donde vive el urbanita estresado y sin tiempo asqueado con su trabajo, la familia y las deudas que le invaden, no tiene ni un solo rincón para escucharse a si mismo, o simplemente dar una vuelta mirando las estrellas, ya que es imposible verlas aún en las noches más despejadas. Caminando por una de las grandes arterias de la ciudad como es la calle Alcalá, llena de bancos fruto del capitalismo que nutre a las grandes urbes, se llega al número 31, donde se encuentra la exposición de José Manuel Ballester, La abstracción de la realidad. Al cruzar esa línea que separa lo privado, todo cambia, te hacen sentirte en un nirvana falso, música como hilo musical, todo inmaculado blanco, limpio, conjuntado con las fotos de Ballester, donde no hay nadie, solo espacio vacío, frente a la muchedumbre, luz pura contra las luces de neón de la noche madrileña y un momento eterno yuxtapuesto al estrés de las calles de esa ciudad que nunca duerme.

Esto es lo que ofrece Ballester en su exposición, lo que se desea, por esto gusta tanto sin saber bien el porqué, reencontrarnos con una soledad pura, sin cortes, sin lugares dañinos, solo espacios eternos para no hacer nada, ni pensar en nada, ser uno mismo. Convierte el deseo de este espacio en realidad, lo acerca al espectador, le da lo que quiere o mejor dicho lo que necesita. Esto es muy importante, es una fotografía donde hay soledad, pero no es un sentimiento angustiante sino de tranquilidad. Es un artista que ofrece sentimientos, no denuncia ni exalta, solo transmite y con muy poco, algo muy difícil hoy en día acostumbrados a todo y a nada. Quizás esta tranquilidad y belleza de la forma venga dada por la geometría de sus fotografías, ya se sabe que todo lo simétrico es símbolo de belleza clásica.

La exposición tiene un lenguaje internacional debido a su experiencia personal, al exponer en lugares como New York, Berlín Sao Paulo o Madrid. También las fotografías están realizadas en varias partes del mundo con especial atención a los museos, reminiscencia de su etapa como pintor.

El video arte de AH! Mio Cor, es el corazón de la exposición, situado en el centro, tiene el objetivo de cuestionar “la relatividad de las cosas” como en las fotografías, algunas tan realistas y otras geométricas. En el periódico El Mundo, Ballester expone que "El vídeo tiene muchas claves de la muestra. Narra la historia de una reina que es abandonada por un joven amante y refleja el dolor de esa ausencia. Se crea un estado de abstracción y realidad, que para mí siempre han sido dos conceptos inseparables". Luego en diario siglo XXI explica: Ella sufre dolor como personaje y ser humano, "que es lo que ocurre en la realidad". "Las personas tenemos que lidiar con el yo íntimo y un papel que tenemos que representar".

Por último Ballester no se queda atrás frente a sus contemporáneos y también se sube al carro de la crisis, y su lucha, sostiene que el término crisis puede suponer "oportunidad", es decir, "nuevas formas de plantearte la realidad y de buscar un espacio en ella", y recurre a una cita oriental: "Según crees, así ves", así se dice en el periódico ADN. Dejando ver que su obra es otra forma de ver las cosas que nos rodean, es diferente y por lo tanto válida para el cambio.

Ruth Aguado Rodriguez

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