TÍTULO: BLOCKHOUSE, SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UN ESPACIO DE RESISTENCIA EN TIEMPOS DE INDOLENCIA
AVELINO SALA EN LA GALERÍA RAQUEL PONCE DE MADRID
Es indudable que Avelino Sala desarrolla un tema de plena actualidad. Estamos atravesando una situación de crisis que seguramente tiene como punta del iceberg a la economía; pero por debajo de la que se amontonan, formando una mole, graves problemas sociales, políticos, éticos, religiosos, culturales, …
Además, su exposición se halla situada en el “triángulo del arte madrileño”: Reina Sofía, El Prado y Thyssen.
Para combatir esta situación de apatía, Sala propone la única medicina que puede solventarla: la cultura. La gran barricada de libros ( más de quinientos) pintados de negro que forman la obra central de la exposición, no son sino una especie de fortaleza que protege a la cultura. La trinchera desde la que podemos no solamente resistir, sino desde la que debemos preparar la ofensiva.
Las acuarelas y los gouaches con obreros anónimos, con grúas industriales del puerto gijonés; los sindicalistas y guardias civiles; los graffiti que, a modo de eslóganes, cuelgan de las paredes, introducen al espectador en el meollo del conflicto. Es posible que, como dice su autor, sean de una época y de un lugar concreto; pero podrían ser de cualquier momento y lugar. Donde hay un rostro puede haber otro. No representan un conflicto local. Donde hay un uniformado, puede haber otro. Donde hay una máquina puede haber una herramienta. Obreros y “guardianes del orden” han existido siempre y del lado del poder.
Hacia atrás, ni un paso. Los tanques de la opresión, del poder, de la injusticia, de la propaganda consumista, del hambre, del racismo, de la ignorancia, de la indolencia y la apatía están enfrente y su amenaza es real. Sin embargo en este lado del muro cultural, desde este lado de la barricada, se puede resistir porque los libros forman un caparazón sólido y a su amparo es posible el trabajo, la creación, la libertad…
Los obreros en conflicto representados por Avelino sala en esta exposición, allá por los años setenta del pasado siglo, fueron capaces, con su esfuerzo, con su resistencia, con su forma de lucha, de solucionarlo. En ese sentido son también un ejemplo a seguir. Deben ser un rayo de esperanza para estos momentos. Su situación , posiblemente, sería peor incluso que la actual. En el plano político, sin duda alguna, lo era. En España se vivían los últimos años de la Dictadura. Las manifestaciones no estaban permitidas y se reprimían brutalmente. Ellos marcaron un camino de esperanza.
En ese aspecto, la exposición de Avelino Sala, puede suponer una forma de resistencia, ni mucho menos pasiva, que en los últimos meses se ha venido repitiendo en muchos lugares del mundo. Aquéllos fueron los indignados de los años setenta, fruto de las revueltas de Mayo del 68 en París. Hoy, en Madrid, un grupo de indignados ha tomado el relevo ante los recortes educativos, sanitarios o salariales impuestos desde el poder como única solución para salir de la crisis.
La cultura, los libros fueron, son y serán siempre el gran enemigo del poder. Los libros rompen los corsés que oprimen al hombre sumido en la ignorancia. El camino certero lo señalan ellos.
Plagiando ese eslogan religioso tan conocido que dice “la verdad te hará libre”, se puede intuir que la única forma de llegar a la verdad es conociendo. No se puede ir a ciegas. Tampoco se puede ir solo. Hay que hacer una piña; ser solidario. Un libro aislado no podría formar una barricada.
Enrique Delgado de Francisco. Grupo 81.
Teorías del Arte Contemporáneo.
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