lunes, 21 de noviembre de 2011

Observados. Voyeurismo y vigilancia a través de la cámara desde 1870.
Fundación Canal.


La Fundación Canal nos ofrece la exposición de Observados. Voyeurismo y vigilancia a través de la cámara desde 1870, organizada por el San Francisco Museum of Modern Art y la Tate Modern y patrocinada por Trellis Fund y la Phyllis C. Wattis Foundation. La comisaría corre a cargo de Sandra Phillips, conservadora de fotografía de SFMOMA, y Simon Baker, conservador de fotografía y arte internacional de la Tate Modern.

170 fotografías y 2 piezas audiovisuales se reúnen para examinar la historia de “la mirada indiscreta”, a través de temas muy diversos como la violencia, el voyeurismo, la incursión en la intimidad de los famosos o la vigilancia latente.

La exposición está compuesta por cinco bloques temáticos: El fotógrafo inadvertido, Vigilancia, Voyeurismo y deseo, Testigos de la violencia, y Celebridades y la mirada pública. En ella se muestra cómo el concepto que entendemos como intimidad varía con el tiempo y cómo la vigilancia, en cualquiera de sus vertientes, está cada vez más presente, y de forma más natural, nos es impuesta de alguna manera en nuestras vidas. Esto último se ve reflejado de manera innegable y se pretende transmitir incluso antes de entrar en la sala, donde podemos ver cuatro monitores de vigilancia. La imagen que nos muestran es la propia exposición donde el espectador es "observado" por el propio público que, al bajar a la exposición, será observado a su vez por los siguientes.

Por medio de estos diferentes bloques podemos examinar los aspectos más desgarradores y perturbadores de la fotografía, las distintas posibilidades del uso o mal uso de la cámara oculta y algún desconocido perfil del erotismo y de la pornografía, sin dejar de lado la vida callejera y cotidiana desde hace aproximadamente un siglo y medio.

La categoría El fotógrafo inadvertido, que se caracteriza en su gran mayoría por la toma de instantáneas sin ser visto, contiene fotografías que representan principalmente la vida de gente anónima en las calles, granjas, caminos rurales o incluso en el metro. El bloque temático Vigilancia trata la obsesión que sufre la sociedad actual por la seguridad, el control y la observación pasiva, transformando viviendas, coches, carreteras… en trípodes estáticos de vigilancia.

La mirada indiscreta, el erotismo y la pornografía son los temas que observamos en Voyeurismo y deseo. Una sección cargada de material fotográfico, que bajo mi punto de vista, se encuentra en el límite entre lo privado y lo público, rayando lo prohibido. Testigos de la violencia se centra en recalcar la inmensidad de la atrocidad humana, donde podemos observar desde imágenes de viviendas hechas polvo a consecuencia de la guerra, niños jugando entre armas, llantos y desconsolación de mujeres y ancianos ante la impotencia del fuego cruzado, hasta ejecuciones en directo. También el consumo de drogas, la delincuencia y la mafia están representados en esta bloque.

Y, por último, en Celebridades y la mirada pública la cámara se convierte en un arma a través de la cual desvelamos la intimidad de personajes famosos y políticos.

Se aglutinan imágenes de algunos de los fotógrafos más famosos de la historia, como Dorothea Lange, Harry Callahan, Walker Evans, Brassaï, Henri Cartier-Bresson o Robert Frank, que comparten espacio con trabajos de fotoperiodismo en esta exposición. Aunque a mi manera de entender el sentido fundamental del conjunto en sí, este tipo de fotos, creo que las llevamos a cabo todos los aficionados a la fotografía. Estoy convencida de que si revisásemos nuestras instantáneas, encontraríamos bastantes que gracias a distintas circunstancias, o incluso a nuestro zoom, nuestra cámara es capaz de captar gente sin que sea vista por estos retratados.


Ágata Soto Salafranca.

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