martes, 1 de noviembre de 2011

¿La historia continúa o se repite cambiando al protagonista?

“Continuará”

Maja Bajevic

Palacio de Cristal, Parque del Retiro

23 de mayo a 3 de octubre del 2011

Paseando por los jardines del Buen retiro se llega casi sin quererlo a ese armazón de hierro y cristal al que acuden paseantes, domingueros, turistas, personas que sabían que se iban a encontrar y otras que han aparecido ahí como por casualidad. Desde hace tiempo, este espacio es utilizado por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía como una prolongación de su espacio expositivo fuera del museo. Este edificio, que supone todo un reto para los artistas acostumbrados a enfrentarse a cubículos blancos, propone una gran flexibilidad del espacio, que se encuentra en una constante relación con el paisajismo exterior.

Es dentro de este marco arquitectónico donde la autora de origen bosnio nos presenta su primera exposición en solitario en nuestro país. En ella emplea una gran diversidad de soportes para transmitir su discurso, en un intento de crear tanto un espacio para la reflexión como para la participación activa del espectador, que se convierte en un elemento necesario para completar la obra.

Así podemos ver como el espacio expositivo, en origen diáfano, bombardea al espectador con eslóganes políticos y económicos (iconos de las verdades universales que movieron al mundo a lo largo de las décadas de este último siglo) que son cantados, escritos en los cristales que marcan el perímetro del palacio, proyectados sobre vapor o fijados en un archivo con fichas que puede ser consultado… variedad de soportes, en su mayoría efímeros como son los eslóganes, que a lo largo del tiempo han ido cambiando el discurso de las ideologías que han movido al mundo occidental.

Dicho discurso gira en torno a la instalación que se encuentra en el centro del espacio expositivo, un basamento rodeado de andamios (la historia está siempre construyéndose) al que hay que subir para contemplar cinco pantallas que muestran gente en movimiento (la mayoría de los cambios que se han producido en el siglo XX han sido consecuencia de cambios sociales y no sólo como fruto de la política de una élite). Esta pieza es la que requiere más participación por parte del espectador, ya que para bajar de ella hay que hacerlo por medio de un gran tobogán, que no deja de ser un elemento lúdico en el que se distraen los niños que por allí pasan.

La autora dice que su intención es la de analizar las consecuencias de los conflictos históricos y políticos y su impacto en la sociedad. Todo el discurso gira en torno a lo efímero, a la velocidad de cambio, a la reflexión sobre esos cambios… pero hasta qué punto todo eso es cierto. Cuando deambulaba por el Palacio de Cristal no podía dejar de pensar en qué medida la sociedad debemos tomar conciencia de todos esos cambios o si en realidad lo que hacemos es vivir en el mundo del bombardeo de información vana que nos obliga a estar en continuo movimiento, para no detenernos a pensar en los cambios profundos.

Pues aunque el espectador se convierte en protagonista del monumento cuando sube a él y da paso al siguiente protagonista a una velocidad vertiginosa, el monumento siempre esta ahí, inmutable, viéndoles pasar a todos; también los eslóganes van cambiando, pero son siempre sus ideas con pretensión de universalidad con las que se quieren identificar las masas; del mismo modo que el Palacio y los Jardines ven pasar a los nuevos transeúntes con sus nuevas preocupaciones a lo largo de los siglo; es decir, igual que en esta sociedad van cambiando los líderes, pero siempre dentro del mismo sistema.

Sofía Scandella López de Manterola

P.D: Estaba en Akrasia histórica por error

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