viernes, 4 de noviembre de 2011

Alighiero Boetti: Artista sin par y con par

ALIGHIERO BOETTI: ARTISTA SIN PAR Y CON PAR



La retrospectiva que ofrece el Museo Reina Sofía sobre la obra de Alighiero Boetti, (Turín 1940 - Roma 1994), titulada “estrategia de juego”, presenta la desigual trayectoria del prolífico artista, y ha sido elaborada con la ayuda de El Moma de Nueva York, y la Tate Modern de Londres.


Para el visitante esta exposición resulta algo atípica por su contenido, pues las obras no parecen guardar un equilibrio compositivo ni racional entre sí.


Boetti, obsesionado por el desdoblamiento incluso de su propia personalidad, cambiando su nombre por el de Alighiero e Boetti, y retratándose así mismo duplicitando su imagen, muestra así mismo una trayectoria dispar, unas obras entre en si inconexas y que no suelen guardar relación.


La dualidad se ve también en el titulo que se le ha puesto a la exposición, aparentemente contradictorio a “primera oída”, pues a los juegos le damos un valor de libertad, de espontaneidad, de niñez, con toda la carga positiva que esto implica, cuando todos los juegos en verdad tienen normas, reglas, que no se pueden transgredir; y en cambio damos un valor de encorsetamiento a la palabra estrategia, de rigidez, de lo contrario al azar, que es en cambio paradójicamente, uno de los grandes exponentes en la obra de Boetti.


Aquí veremos obras que responden a etapas artísticas muy diferentes, a veces tanto que parecen de distintas manos, y que reflejan muy bien la totalidad de la obra de Boetti, con su primera etapa artística, que puede englobarse en el llamado arte povera, hasta una etapa de arte conceptual, con un significante a veces oculto, y otras puramente visual, o incluso poético o político.


Entre las obras más apreciadas de este curioso artista encontramos su famosa serie de “Mappa”, en la que en un gran mapamundi hecho de lino bordado, encontramos que cada país ha sido rellenado por los colores de su bandera, respetando los límites territoriales de cada nación.


Esta obra se hace en colaboración de artesanos afganos y pakistaníes, es decir, lo bordan ellos y Boetti da las directrices, lo que hace que surjan los debates de artesanía Vs arte, de que es arte y que es artesanía, y si puede un artista dejar su obra en otras manos y ser considerada suya, y legítimamente artística por ello.


“Ordine e Disordine”, que son tapices cuadrangulares con recuadros de sopas de letras coloridas, de caligrafía latina y árabe, es también una de sus obras expuestas más conocidas, donde el orden de las letras se basa en el puro azar, incidiendo en la idea de la casualidad en el arte, y en la multiciplidad, reflejada en la repetición de las letras.

Así mismo, se alude ya en el propio título a la dualidad del orden y el desorden, como motores creativos de la obra del artista.


Personalmente, entre obras que no llaman en absoluto la atención, e incluso decepcionan por lo insustanciales que resultan, y otras hermosas visualmente pero que no emocionan o parecen artesanías, destacaría un par de obras sin título y la obra titulada “Aerei”, una bellísima pieza en la que muchos aviones se asemejan a una bandada desordenada de aves.


Desde luego la obra del artista no es del gusto de todos, pues más de uno durante la visita se habrá preguntado cuando demonios empieza la exposición de El Hermitage en el Prado, “que eso si es arte”.


En la obra de Boetti, demasiado contemporáneo para muchos, o inconsistente para otros, se entrevé un denominador común: la sencillez, pues sus obras no pretender agitar al espectador, ni imbuir un sentimiento dramático.


Definitivamente, la retrospectiva del artista deja en el visitante los mismos sentimientos que él aplica a su obra, confusión, perplejidad, pero también deja una sensación aséptica, de simplicidad y poesía.


Sara Ruano rodríguez.

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