lunes, 21 de noviembre de 2011

LA ESTRECHA RELACIÓN EXISTENTE ENTRE ABSTRACCIÓN Y REALIDAD

‘’LA ABSTRACCIÓN EN LA REALIDAD’’
José Manuel Ballester
Sala Alcala 31, Madrid.

José Manuel Ballester, premio nacional de fotografía en 2010, expone en la Sala Alcalá 31 parte de su trabajo fotográfico de los últimos años, compuesto por fotografías de varios formatos y un audiovisual, que permiten al espectador acercarse al modo que tiene este artista de entender distintas ideas.

Intenta de alguna manera sintetizar los conceptos de realidad o figuración con la abstracción, que también forma parte de nuestra realidad humana, fusionando a su vez fotografía y pintura.

Las imágenes muestran un gran número de espacios arquitectónicos captados desde un punto de vista que crea una ligera ilusión óptica. La mayoría de ellas subrayan aún más éste efecto mediante un notable contraste de luces y sombras, que se ve acentuado a su vez, gracias a la poca variedad de colores que aparecen, y al contraste entre los mismos. Esto se puede apreciar en unas fotografías en las que nos muestra una escalera de caracol de forma elíptica, que mediante un contrapicado o por el contrario, una angulación visual oblicua superior, consigue esa sensación óptica en el espectador.

Éste efecto óptico, que es creado mediante espacios formados por esquinazos, curvas o puertas a lo largo de un pasillo, transmiten ese límite entre la abstracción y lo que entendemos por realidad, como indica el propio nombre de la exposición.

Así mismo consigue evocar ese límite a partir del juego de luces o de captaciones de momentos efímeros como las obras de distintos edificios inacabados.

También es destacable la relación que guarda cada arquitectura con el formato en el que es representada, es decir, si se trata de un espacio de grandes dimensiones, el formato de la fotografía se ve incrementado, enfatizando su amplitud y grandiosidad a través de las panorámicas. Ocurriendo lo mismo al revés, disminuyendo el formato según aumenta la intimidad o discreción de los espacios.

Sin duda la gran protagonista de toda la exposción es la arquitectura, encontrándonos únicamente con una figura humana, que aparece como si fuera un fantasma que no se deja vislumbrar del todo. En su audiovisual ocurre lo mismo, aparecen personas difuminadas, cambiando el semblante sereno por el ritmo acelerado que refleja la gran ciudad.

Como espectadora he de decir que muchas de las instantáneas me evocaban sentimientos de soledad, una soledad asociada a la inmensidad de espacios inusuales, vacíos, propios de algo ideal e indeterminado. Para poder percibir la perfección y el trasfondo o intención de las líneas rectas y curvas sobre esos espacios indeterminados y aislados, es imprescindible realizar un ejercicio de abstracción, que nos ayuda a reconocer una obra que no da lugar a imperfecciones.



Ágata Soto Salafranca

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