domingo, 4 de diciembre de 2011

UNA VUELTA DE TUERCA. SOBRE EL ANDAMIO

Maja Bajevic (Sarajevo, 1967) realiza desde los días 27 de Mayo al 3 de Octubre de 2011 una instalación-performance en el interior del Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid titulada Continuará, una reflexión que parte del propósito de abarcar estos últimos cien años de eslóganes políticos y económicos que a través de la historia han demostrado ser la manera más directa de expresar opiniones o de transmitir mensajes a las masas por parte de sus dirigentes, o viceversa, en lo que respecta a los movimientos sociales y su repercusión posterior, eslóganes que la artista recoge y define como verdades universales. Creando un nuevo discurso, esta artista multidisciplinar trata de discurrir como puede en este espacio de proporciones clásicas, indiscutiblemente distinto al espacio expositivo al que nos vemos acostumbrados, haciendo que sean los trabajadores subidos al andamio quienes ejecuten los eslóganes, disponiéndolos en los múltiples registros de la estructura ferrovitrea inspirada en el Crystal Palace, para que posteriormente sean borrados y tras ésto se vuelva a hacer otra vez, y otra, y así sucesivamente. De esta manera se nos transmite la idea y la reflexión de que los procesos de cambio en la sociedad son inexorables y que no tienen fin.

Rodeada de andamios, la gran pieza central consiste en un pedestal, en cuya base cinco pantallas de plasma ofrecen imágenes que proyectan y evocan distintas escenas de movimientos de masas en relación directa con los cambios que se han producido en las últimas décadas en la sociedad. Al subir por esta estructura metálica no hay más que dos formas de salir, haciéndonos volver hacia atrás o deslizarnos por un gran tobogán, lo que provoca en el visitante una fuerte sensación de incomodidad a no ser que éste tenga doce años y lo único que se le pase por la cabeza sea la idea de volver a subir y tirarse una y otra vez. Pero ya que estás ahí, te lanzas.
Ésto a mí me hizo interpretar el tobogán además de como elemento lúdico, como una metáfora de la libertad que hay en el individuo, que no en la masa, de tener la posibilidad de elegir, dejando atrás esas "verdades universales" y volver, o no, a ellas (o al tobogán). En mi opinión no cabe duda de que con toda ésta estructura central rodeada de andamios, por lo tanto imperfecta, la artista otorga deliberadamente una gran libertad a las diversas interpretaciones que le podamos dar. Además de ésto y del sonido que envuelve todo el espacio, en un intento de ir más allá en este proceso continuado, al caer la noche se ponen en funcionamiento una serie de máquinas que generan vapor para así proyectar los eslóganes, así como una serie de performances puntuales a cargo de una voz soprano.

Maja Bajevic trata lo efímero en esta obra conceptual haciéndo crítica de un aspecto en concreto que nos atañe a todos, que viene a ser lo que concierne al comportamiento humano, un tema muy delicado que es posible no resulte en este caso tratado con la suficiente profundidad que debería, pero es por esto que nos sorprende, renueva nuestras conciencias y no cabe duda de que la elección del espacio, no solo por su forma sino también por su localización, como la libertad de acción con la que procede parecen dotarla de un sentido a grandes rasgos muy acertado.

Guillermo Cacharrón Centeno

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