martes, 4 de octubre de 2011

UN LLAMAMIENTO A LAS TRINCHERAS

UN LLAMAMIENTO A LAS TRINCHERAS


Avelino Sala

Galería Raquel Ponce

Nuria Gil Gala


Llegó el jueves 15 y con él, una avalancha de aperturas de galerías madrileñas que nos invitan a sumergirnos en una gran variedad de tendencias del arte contemporáneo. Tras sucumbir en el recorrido al magnetismo de las galerías que nos ofrecen las más recientes creaciones, por fin llegamos a la Galería Raquel Ponce, donde nos espera la exposición de Avelino Sala, Sobre la construcción de un espacio de resistencia en tiempos de indolencia. Un mensaje a gritos en forma de libros, esculturas, acuarelas y guaches que interpelan al espectador a la lucha desde la cultura para superar tiempos de vacío y crisis.


La instalación escultórica está presidida por una barricada formada por libros lacados en negro que conforman la base de la cultura. Conjuntamente y en algunos casos situados de manera estratégica, se muestran imágenes que evocan la resistencia en tiempos difíciles, como personas combativas, tirachinas, gritos de guerra procedentes de ídolos como Séneca o Erasmo o artefactos divulgativos tan poderosos como los periódicos. Todos estos elementos están impregnados de una estética urbana y del color negro, que le imprime mayor fuerza al mensaje.


Paradójicamente, coincidiendo con el inicio del curso escolar, parece que no haya un momento mejor para reivindicar el valor de la cultura como una inversión segura por la que debemos apostar. Como una bofetada a la sapiencia, la reducción de los presupuestos en las escuelas públicas ha provocado una situación lamentable en las aulas. El mensaje de Avelino Sala propone una vía de resistencia, debemos luchar desde la cultura contra la decadente situación actual. Cuanto más difícil se presta la situación, precarizando incluso la enseñanza obligatoria, con más fuerza debemos defender la cultura y más libros fortalecerán Blockhouse. No obstante, sólo se trata de citar un caso concreto, pero la cultura debe ser una constante a lo largo del tiempo, independientemente de los conflictos reinantes.


Por este motivo, me parece un acierto la elección de un conflicto que ya pertenece al pasado. Evidencia que es un mensaje universal que no debe limitarse a la situación de crisis vigente, sino que se expande sobre cualquier época y lugar, que debe impregnar la conciencia global. También el paradigma de Naval Gijón dispensa cierta esperanza de victoria a la población, recordándonos que aquellos héroes consiguieron gracias a su tenacidad, una respuesta satisfactoria a sus demandas.


Sin embargo, la violencia de las imágenes en algunos casos puede resultar demasiado manifiesta. Según mi punto de vista el lenguaje expresivo utilizado pone en tensión al espectador que afronta imágenes de atacantes o en actitud defensiva. El propio artista afirma que “no consiste en salir a la calle, sino en resistir desde una perspectiva intelectual”. No obstante considero que estas imágenes con su impacto visual, inconscientemente crean en los visitantes una asociación entre la defensa de la cultura y un sentimiento de tirantez, alarma o lucha en sentido explícito.


Por último, me gustaría destacar la coherencia que Avelino Sala ha mantenido a lo largo del tiempo en su trayectoria artística, lo que demuestra un profundo compromiso e implicación social. Nuevamente vemos en esta exposición cómo entiende la soledad del individuo, una constante en su recorrido artístico que me ha evocado la escultura del artista enaltecido sobre un pedestal de libros que le elevan hacia el sol, el saber, y que es la única arma que permite ofrecer mayor resistencia frente al imponente ejército de antidisturbios que se oponen a él.


Sólo me queda dar las gracias al artista por recordarnos que debemos tener el valor de usar nuestra propia razón, porque la fortuna sonríe a los audaces.

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