La soledad reflejada en el espacio y tiempo
Exposición “La abstracción en la realidad” por José Manuel Ballester en Sala Alcalá 31.
La exposición del artista está situada en la Sala Alcalá 31 que tiene un fondo blanco, lo cual hace resaltar más las obras, puede ser intencionado o no pero resulta ser todo un acierto debido a que al tener esa neutralidad amplifica el abanico de sensaciones producidas por cada pieza.
Aunque la finalidad del artista es reflejar el tiempo, la luz y el espacio, bajo mi punto de vista falta algo que le dé un poco de vidilla, por ejemplo personas en las propias fotografías, que curiosamente solo aparecen en Nueva Cafa 15; esta introducción crearía hasta cierto punto una sensación de realidad mayor.
En lo que a las obras y la exposición en si respecta, éstas, al ser todas espacios vacíos proporcionan una sensación de tranquilidad y hasta cierto punto un poco de soledad, de ahí, que le sea mejor la presencia de personas. Hay que remarcar la importancia de los libros expuestos en uno de los bancos, por la ayuda que puede llegar a proporcionar para poder entender mejor la exposición o el pensamiento del artista a la hora de realizar la exposición y elegir los cuadros a mostrar. Incluso a ver la misma desde otro punto de vista.
En cuanto al audiovisual, llama la atención que no esté en una sala aparte, es decir, en vez de realizar otra sala equipada para ello, se utiliza un pequeño espacio de la propia sala común en el cuál se colocan un proyector, unos bancos y una pantalla, y a modo de techo y puertas, tienen una tela que lo cubre, resulta ser un poco chocante, parece algo casero, improvisado en el último momento.
De las obras, las que más me han gustado eran: la sala principal del museo de arqueología porque al situarte frente a ella te da una sensación de que eres parte de la pieza fotográfica, de que realmente estás ahí, nos introduce en él; otra de ellas es el interior del depósito de gas, que te da la sensación que estás en una discoteca que los reflejos en las paredes son el resultado de una bola de discoteca en el techo, la Sala R. S. que proporciona una sensación de soledad pacífica o también la obra el Pabellón de España de Shangai, que me gusta por el conjunto interior que parece completamente recubierto de abanicos de paja y por último, Nocturno Beyeler que es un jardín con vistas a un interior y me gusta porque me parece relajante. Por el contrario, obras como la serie de Nueva Cafa de Beiying la gran mayoría no me dice nada, exceptuando la número 15 por la presencia de personas, la 6 porque también me da la sensación de estar dentro de ella, y la 22 que parece una ventana abierta y no se sabe si tiene algún simbolismo. Por cierto, me parece curioso que la serie de fotografías de nuevas cafas no las haya expuesto todas juntas. Llama la atención la obra Entrada al pasillo de Zürich por la forma y color puesto que me recuerda a un pasillo o una entrada a un spa o un balneario y el hecho de que tenga la plataforma del suelo de madera ayuda a ello. También hay obras como Reina de la noche que bajo mi punto de vista es un tanto caótica, agobiante y en mosaico, por tanto repetitiva.
Para terminar, hay que decir que lo bueno de Ballester es que nos expone fotografías de diferentes partes del mundo por tanto nos muestra arquitecturas y espacios de otros lugares.
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